Que la calle vuelva a alzar la voz

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Protesta Social en México: Desafíos de las Marchas y Caminos Hacia la Transformación

Las calles mexicanas son escenario de un vibrante activismo social. Diversos grupos, incluyendo trabajadores del Poder Judicial, familiares de personas desaparecidas, comunidades indígenas y personal médico, ocupan el espacio público para hacer oír sus demandas legítimas. Las recientes manifestaciones, especialmente las convocadas el 8 y 15 de noviembre, ponen de relieve una profunda fractura en la forma en que México aborda la protesta ciudadana.

La Controversia del 15 de Noviembre: ¿Un Movimiento Juvenil o Instrumentalización?

La marcha del 15 de noviembre estuvo marcada por serias polémicas que opacaron su propósito inicial. El debate se centró en aspectos como su financiación, la respuesta oficial, la autenticidad del llamado “movimiento juvenil” y la sospecha de instrumentalización política. Lo que debió ser un canal de expresión colectiva se convirtió en un campo de disputa por el mensaje, diluyendo las demandas sustantivas sobre violencia, corrupción y desapariciones en el ruido mediático.

La Crisis Doble de la Protesta en México: Fragmentación e Ineficacia

Estos eventos evidencian un patrón: el aumento de las marchas en México no se correlaciona con un incremento en su poder transformador. Nos enfrentamos a una crisis doble en la protesta social:

Desarticulación y Fragmentación de la Indignación Ciudadana

Por un lado, la indignación se encuentra desarticulada. Diversos focos de descontento no logran confluir en movimientos unificados. La movilización independiente de cada grupo, compitiendo por la atención mediática, resulta en un panorama disperso y con escasa fuerza política.

Erosión del Poder Transformador y Falta de Canales Institucionales

Por otro lado, el poder transformador de las movilizaciones se ve erosionado. Cuando las instituciones carecen de mecanismos efectivos para procesar las demandas ciudadanas y convertirlas en políticas públicas, la protesta se consume en su carácter performativo. Según la experta Sidney Tarrow, las protestas alcanzan su potencial transformador solo cuando existe una “estructura de oportunidades políticas” que facilita la integración de las demandas en la agenda pública. Sin estos canales, la movilización se reduce a un acto simbólico.

Lenguaje Político Vacío: Un Obstáculo Adicional para la Protesta

A esta disfuncionalidad se suma un tercer problema perjudicial: la voz de la calle se alza, pero ya no se escucha. El lenguaje político ha perdido su capacidad analítica. Las dicotomías tradicionales de “izquierda” y “derecha” ya no sirven para analizar críticamente la realidad, sino que operan como meras etiquetas partidistas.

Esta simplificación del discurso político fomenta divisiones y sectarismo. Marchar contra el gobierno puede ser etiquetado como “de derecha”, sin importar la causa defendida. El apoyo a ciertas causas puede generar exclusión, no por falta de coherencia ideológica, sino por la contaminación sectaria y dogmática. Esta degradación semántica reduce la complejidad política a un léxico incapaz de describir la realidad.

¿Hacia Dónde se Dirige la Frustración Ciudadana?

La rabia que carece de válvula institucional y de categorías para ser comprendida se dispersa en acusaciones triviales. Mientras tanto, las desapariciones persisten, los servicios públicos fallan y las deudas sociales se acumulan, ahogadas por el ruido de una conversación pública desprovista de diálogo genuino.

El resultado es una esfera pública saturada de consignas pero carente de resonancia: un clamor que retumba sin ser escuchado.

Un Rayo de Esperanza: Diálogo y Articulación de Demandas

A pesar del panorama, existen destellos de esperanza. Los “DiálogoZ por la paz”, programados para el 30 de noviembre, representan un valioso esfuerzo juvenil tras las marchas del 8 y 15 de noviembre. Su objetivo es la escucha mutua y la formulación de demandas comunes dirigidas al Estado mexicano.

Esta iniciativa busca articular, no imponer uniformidad en la disidencia. Pretende tender puentes entre las diferencias, recuperar el lenguaje como herramienta analítica y lograr que las demandas sociales sean escuchadas y atendidas.

El Camino Hacia la Transformación Social en México

Las movilizaciones en México requieren mecanismos que canalicen la indignación hacia la agenda pública, que transformen la calle en política institucional y que el grito se traduzca en transformación real. Es fundamental que las palabras recuperen su precisión, que la rabia encuentre su gramática y que las demandas sociales encuentren interlocución. Es momento de escuchar atentamente el clamor ciudadano.

aDB

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