Con la llegada del frío y los días frescos, el cuerpo nos pide bebidas reconfortantes. En el corazón de la gastronomía mexicana, el atole se corona como la opción predilecta. ¿Y qué mejor manera de combatir las bajas temperaturas que con un delicioso y aromático atole de guayaba? Esta receta no solo te seducirá con su sabor único y su dulzura natural, sino que su fragancia cautivará todos tus sentidos.
Descubre lo fácil y rápido que es preparar este manjar casero. En menos de 30 minutos, tendrás lista una reconfortante taza de atole calientito, perfecta para revitalizar tus mañanas heladas, acompañar una tarde lluviosa o satisfacer ese antojo dulce antes de dormir.
Más allá de su sabor excepcional, la guayaba es una fruta estrella, especialmente beneficiosa para fortalecer tus defensas durante las épocas de frío. Es una fuente potentísima de Vitamina C, superando incluso a muchos cítricos, lo que la convierte en aliada perfecta para mantener tu sistema inmune fuerte. Su textura suave y su facilidad de procesamiento la hacen ideal para cocineros de todos los niveles, incluso para principiantes.
Para obtener los mejores resultados, te recomendamos usar guayabas frescas y bien maduras. Esto garantizará un color vibrante y un sabor intenso. Puedes elegir entre guayabas rosadas o amarillas; ambas aportarán ese equilibrio perfecto entre la cremosidad de la leche y la dulzura frutal.

Ingredientes Esenciales para tu Atole de Guayaba Casero
Una de las grandes ventajas de preparar este atole tradicional es la sencillez de sus ingredientes. La mayoría son básicos que seguramente ya tienes en tu despensa. El secreto para un atole perfecto reside en usar guayabas maduras, moderar el consumo de azúcar por tu bienestar y, por supuesto, disfrutarlo bien calientito.
- Guayabas maduras: 500 gramos (equivalen a unas 10-12 piezas).
- Leche entera: 1 litro (para una textura más cremosa).
- Agua: 1 taza, necesaria para la cocción inicial de las guayabas.
- Azúcar o Piloncillo: Al gusto, para endulzar a tu preferencia.
- Canela en rama: 1 varita grande, para aportar ese aroma característico.
- Fécula de maíz (Maicena): 3 cucharadas soperas, el espesante ideal.
- Leche fría o agua: ½ taza, indispensable para disolver la fécula de maíz sin grumos.
Prepara tu Atole de Guayaba Cremoso en Menos de 30 Minutos: Guía Fácil
¡Manos a la obra! Sigue estos sencillos pasos y te sorprenderás de lo ágil que es preparar un delicioso atole de guayaba. Estará listo antes de que te des cuenta, perfecto para esos momentos en que necesitas un consuelo cálido.
- Preparación de las guayabas: Lava bien las guayabas y retira los extremos. Colócalas en una olla junto con 1 taza de agua y la rama de canela. Cocina a fuego medio durante 10 a 15 minutos, o hasta que estén bien tiernas. Retira la rama de canela.
- Licuado y colado: Deja que las guayabas cocidas enfríen un poco. Tritúralas en la licuadora junto con el líquido de cocción hasta obtener una mezcla homogénea. Cuela este puré en la misma olla, presionando con una cuchara para separar las semillas y obtener todo el sabor y la pulpa.
- Disolución de la fécula: En un recipiente aparte, mezcla media taza de leche fría o agua con las 3 cucharadas de fécula de maíz. Asegúrate de que no queden grumos; disuélvela completamente.
- Inicio de la cocción del atole: Regresa la olla con el concentrado de guayaba al fuego. Añade el litro de leche restante, el azúcar o piloncillo al gusto y la rama de canela que reservaste. Calienta a fuego medio-bajo.
- Incorporación de la fécula: Una vez que la mezcla de guayaba y leche esté caliente (sin llegar a hervir), vierte gradualmente la fécula de maíz disuelta, mientras remueves constantemente con una cuchara o batidor de globo. Cocina y remueve sin parar por aproximadamente 5 a 10 minutos.
- Espesamiento y ajuste: Notarás cómo el atole adquiere una textura cremosa y perfecta para beber. Prueba la dulzura y ajústala si es necesario. Retira la rama de canela antes de servir.
¿Por Qué Se Corta el Atole de Guayaba? Evita Este Error Común
El secreto para un atole de guayaba perfectamente cremoso y sin cortes radica en entender la reacción química que puede ocurrir entre la fruta y la leche. La guayaba posee ácidos naturales que, si se combinan directamente con la leche caliente sin la preparación adecuada, pueden simular un proceso de coagulación, similar a cuando cortas la leche con limón para hacer queso.
Para garantizar un atole suave y sedoso y prevenir que se corte, es fundamental que la guayaba se cocine y endulce adecuadamente. Cocer la fruta con agua y azúcar o piloncillo durante un tiempo suficiente ayuda a neutralizar su acidez antes de integrarla a la leche, asegurando así una textura impecable y deliciosa en tu bebida.
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