Graciela Hernández Tenorio alzó la voz en el Palacio de Gobierno de Xalapa, Veracruz, situado en la emblemática Plaza Sebastián Lerdo de Tejeda. Su presencia buscaba dar visibilidad a la dolorosa realidad de su hija, Sandra Jennyfer Giraldi Hernández, cuya desaparición ha trascendido ya 13 años.
La señora Hernández Tenorio expresó una profunda insatisfacción ante la aparente falta de avances y resultados por parte de las autoridades encargadas de la búsqueda de personas desaparecidas. A pesar de su incansable esfuerzo y persistencia, los progresos son nulos.
Durante más de una década, la madre ha tocado puertas en diversas instancias oficiales, buscando respuestas concretas. Sin embargo, la respuesta se repite invariablemente: el proceso de localización e investigación sigue en curso. Una frase que, tras 13 años, resuena vacía ante el dolor de no tener a su hija de vuelta.
“Aunque ellos tengan muchas líneas de investigación, lo que realmente importa es que yo sigo sin tener a Sandra después de trece años de su desaparición”, lamentó la madre, cuestionando la eficacia de los procedimientos implementados para casos de personas desaparecidas en Veracruz.
“Casos de Antaño”: La Larga Espera por Justicia
La señora Hernández cuestiona la forma en que los expedientes como el de su hija son clasificados con términos como “larga data” o “casos de antaño”. Sostiene firmemente que cada desaparición merece la máxima atención y prioridad, sin importar el tiempo transcurrido. La búsqueda de Sandra Jennyfer Giraldi Hernández es un claro ejemplo de cómo los años no deben ser una barrera para la justicia.
Este tipo de categorización, explicó, a menudo se asocia con madres que han envejecido mientras dedican su vida a la búsqueda en expedientes. Sin embargo, la señora Hernández enfatiza un punto crucial: el factor temporal, ya sea un caso reciente o antiguo, no altera la posibilidad de encontrar una solución ni la urgencia de la misma. Las madres buscadoras no pueden permitirse esta dilación.
“Aquí, seamos casos recientes o antiguos, los hijos no aparecen, las familias no aparecen. Por eso pregunto a las autoridades: ¿cuánto tiempo más pasará antes de que me entreguen a mi hija, Sandra Jennyfer Giraldi?”, inquirió con la voz cargada de un dolor que trasciende el tiempo. Su lucha por encontrar a su hija desaparecida es un testimonio de fortaleza.
Un Súplica de Esperanza a las Autoridades de Veracruz
Con la mirada fija en quienes tienen el poder de dar respuestas, la señora Hernández Tenorio instó encarecidamente a las autoridades a mostrar empatía y agilizar las indagaciones. Su petición más apremiante es el regreso de su hija, un anhelo que la impulsa día tras día en su búsqueda.
“La busco con vida, y si no está viva, entréguenmela como sea. Necesito un lugar al que pueda ir a llorarla, un sitio donde pueda verla”, expresó conmovida, buscando cerrar una herida que el tiempo no ha sanado, sino que ha profundizado. La esperanza de encontrar a Sandra Jennyfer Giraldi se mantiene viva, a pesar de la adversidad.
Al concluir su manifestación, compartió la esperanza inherente a toda madre de recuperar a sus hijos. No obstante, reconoció con una tristeza palpable que, tras trece largos años de búsqueda incansable, la posibilidad de un reencuentro feliz se desvanece con cada amanecer. La urgencia de encontrar a personas desaparecidas en Xalapa y en todo Veracruz es un llamado que no puede ser ignorado.
aDB


