La puntualidad laboral es un pilar fundamental en cualquier entorno profesional. Si bien pequeños retrasos ocasionales pueden ser comprensibles, una empresa en España se enfrentó a un caso particular al intentar justificar el despido de una empleada argumentando 176 llegadas tarde en una década.
Estas alegaciones de impuntualidad se sumaron a otras imputaciones de supuesta “falta de espíritu de equipo” y “desvinculación” de las actividades grupales promovidas por la compañía, incluyendo eventos como intercambios de regalos. Ante esta situación, la organización optó por rescindir el contrato de una oftalmóloga, sin anticipar que esta decidiría impugnar su rescisión contractual por considerarla improcedente.
Según información del medio local La Voz de Asturias, el empleador basó su decisión en una serie de deficiencias atribuidas al desempeño profesional de la trabajadora. El acta de la empresa detallaba, entre otros puntos, supuestas ausencias injustificadas, errores en la ejecución de sus funciones y diagnósticos médicos incorrectos.
Indemnización por Despido Improcedente: 25.000 Euros
Finalmente, el tribunal falló a favor de la profesional, quien aportó pruebas concluyentes de que sus retrasos se debían a motivos de salud. En particular, documentó un aborto sufrido durante el año 2021, lo que requirió un periodo de baja laboral y afectó su capacidad de llegar a tiempo en ciertas ocasiones.
Adicionalmente, la oftalmóloga argumentó de manera contundente que la empresa jamás le notificó formalmente sobre infracciones por impuntualidad ni tampoco se le comunicó sobre una actitud inapropiada en las dinámicas de trabajo. Esta falta de comunicación formal fue un factor clave en la decisión judicial.
Teniendo en cuenta estos argumentos, el tribunal determinó que el despido de la profesional fue improcedente. Como consecuencia, la empresa fue obligada a abonarle una compensación económica de 25.000 euros, una suma considerable que busca resarcir el perjuicio causado.
aDB
