¡Auténticos Tigres se corona campeón de la ONEFA en una final épica! En un vibrante encuentro disputado en el Estadio Banorte, los felinos de la UANL derrotaron a los Borregos de Monterrey con un marcador de 33-30. Este triunfo histórico no solo les otorga el codiciado trofeo, sino que también pone fin a la impresionante racha de 33 victorias consecutivas de los regiomontanos, impidiendo su aspiración a un tetracampeonato.
La figura estelar de esta jornada decisiva fue, sin duda, el quarterback Sergio “Cacho” Reséndiz. En su última temporada como jugador universitario, Reséndiz orquestó una actuación memorable, guiando a los Tigres a la conquista de un campeonato que parecía un sueño lejano hace no mucho tiempo. Su liderazgo, temple y precisión fueron fundamentales para traer el campeonato a San Nicolás, cerrando su ciclo colegial con broche de oro.
Una Noche para la Historia: Tigres Rompe la Hegemonía de los Borregos
Desde el inicio, los Auténticos Tigres demostraron su determinación. Una audaz jugada terrestre sorprendió a la defensa de los Borregos, permitiendo a Ángel Alvarado anotar el primer touchdown del partido muy temprano. La ofensiva felina mantuvo su paso firme, impulsada por la impecable actuación del pateador Reinaldo Blanco, quien anotó todos sus goles de campo, demostrando una puntería infalible.
La potencia terrestre fue el motor principal de la UANL. Con una línea ofensiva dominante y certeros cortes, Jorge Luis De León sumó otro touchdown al marcador, consolidando la ventaja y la clara intención de los Tigres de alzarse con el título en el Banorte.
Sin embargo, cuando los Borregos se encontraban abajo por 15 puntos y el partido se tornaba complicado, el tricampeón Fernando Sarabia emergió como la chispa revitalizadora. Dos espectaculares pases largos encendieron a la afición local, transformando el estadio en un mar de emociones y logrando la igualada en el marcador.
El momento crucial del encuentro se definió en una jugada de patada de campo. Un rebote inesperado en un jugador de los Borregos devolvió la posesión a los Tigres, quienes supieron aprovechar la oportunidad para retomar la delantera y no soltarla más. La defensa felina se mantuvo sólida y resolutiva, brindando seguridad a “Cacho” Reséndiz y frustrando cada intento de remontada de sus rivales.
“Siento una gran felicidad. Son mis hermanos. Misión cumplida, no hay límite para lo que podemos lograr”, compartió un emocionado Reséndiz al alzar el trofeo de campeón.
Una noche para el recuerdo, un campeonato ganado con garra y un rugido que ha resonado para cambiar el panorama del fútbol americano universitario.
aDB
