Joan Manuel Serrat, el aclamado cantautor, ha compartido un mensaje esperanzador para un **México** que enfrenta tiempos difíciles, haciendo un llamado a la prevalencia de la cultura sobre la violencia.
“En este momento en que **Guadalajara** y todo **México** se unen con entusiasmo para celebrar el vibrante mundo de la literatura y los libros, mi anhelo más profundo y mi firme convicción es que la esfera literaria de México se alce victoriosa sobre la esfera bélica de México”.
Serrat hizo su entrada en el Paraninfo Enrique Díaz de León, luciendo una camisa oscura y un saco. Tras su destacada participación en la Feria Internacional del Libro, el artista recibió un merecido doctorado Honoris causa otorgado por la Universidad de Guadalajara (UdeG), un reconocimiento a su invaluable trayectoria.
Durante aproximadamente 15 minutos, el artista cautivó a la audiencia con un discurso emotivo y reflexivo. Abordó temas personales como su infancia, la importancia de la amistad, la magia de la música y el profundo vínculo que lo une a México.
“El acto de cantar me proporciona una alegría intrínseca y una satisfacción inigualable. Ningún otro momento me ha brindado tanta plenitud como cuando canto; cantar me permite establecer una conexión y una expresión mucho más profundas. Me siento especialmente honrado de recibir este reconocimiento de una institución académica con tan arraigadas raíces latinas”.
Al referirse a México, Serrat añadió:
“Siento un afecto recíproco y un vínculo bidireccional con esta nación. Es un amor que nació en mi primer contacto con estas tierras, hace más de medio siglo, y que ha crecido y se ha fortalecido a medida que nuestro conocimiento mutuo se ha profundizado. Incluso cuando las circunstancias de la vida me obligaron a regresar a España, México siempre me ha recibido con una generosidad que recuerda la forma en que, en tiempos pasados, acogió a otros compatriotas míos”.
En este país, confesó el cantautor, “me cautivaron su gente, me enamoré de sus melodías, quedé prendado de sus paisajes, de su forma de vivir, de su perspectiva ante la vida, de su particular manera de afrontar la muerte, de un pueblo donde lo extraordinario se vuelve tan familiar como la lluvia cotidiana.”
OdL
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