Olas Gigantes y Poder Oculto: La Ciencia Detrás de las “Portadoras de Tormentas” Registradas por la ESA
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha documentado un fenómeno marítimo de proporciones épicas: la detección de una ola de 35 metros de altura. Este descubrimiento no solo redefine los límites de la fuerza del océano, sino que también proporciona datos valiosos para la predicción y comprensión de eventos oceánicos extremos. Los científicos han determinado con precisión la ubicación, fecha y las complejas circunstancias que dieron origen a esta monumental masa de agua.
Entendiendo las “Portadoras de Tormentas”: Más Allá de la Tormenta Directa
Estos impresionantes eventos, catalogados como “portadoras de tormentas”, son cruciales para la comunidad científica. Permiten obtener información esencial sobre la dinámica oceánica y la propagación de energía. Un aspecto fundamental a comprender es que, incluso si las tempestades en el mar no llegan a impactar directamente en la costa, el oleaje generado puede recorrer miles de kilómetros, trasladando consigo un considerable potencial destructivo hacia litorales lejanos.
“La energía del viento impulsa las ondas marinas hasta alcanzar su máxima intensidad durante los temporales; sin embargo, la principal amenaza para las áreas costeras no siempre proviene de la tormenta en sí, sino de las ondas de larga duración que transportan la energía de las olas mucho más allá de su alcance directo”, explica la Agencia Espacial Europea.
La Gigantesca Ola de 35 Metros: Un Viaje de Miles de Kilómetros en 2024
Gracias a la avanzada tecnología satelital de la ESA, se pudo registrar esta colosal ola de 35 metros el 21 de diciembre de 2024. El evento tuvo lugar en alta mar, en el vasto Océano Pacífico. La ola se propagó a lo largo de miles de kilómetros, culminando en la generación de una marejada significativa en las costas de Hawái al día siguiente.
Pero la labor de esta “portadora de tormentas” no se detuvo ahí. Tras descender varios kilómetros en su recorrido, logró alcanzar California el 23 de diciembre. Allí, el surfista Alo Slebir demostró su destreza al dominar una ola de 23 metros, que era un vestigio de la imponente ola original de 35 metros nacida en el corazón del Pacífico.
Si bien la Agencia Espacial Europea no ha divulgado una grabación en video de la súper ola de 35 metros, ha puesto a disposición del público un mapa detallado. Este gráfico ilustra la trayectoria exacta seguida por la “portadora de tormentas”, permitiendo visualizar su magnitud al compararla, por ejemplo, con la altura del Arco del Triunfo en París, Francia.
Esta investigación de la ESA subraya la importancia de la monitorización espacial para desentrañar los misterios de nuestros océanos y anticiparnos a eventos extremos.
aDB


