El malestar persistente, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, se caracteriza por una sensación continua de estrés y tensión. Sus consecuencias abarcan desde molestias físicas y alteraciones del sueño hasta una marcada sensación de agotamiento, aislamiento social y dificultades de concentración.
Especialistas de Yale Medicine señalan que, en diversas etapas de la vida, es común experimentar reacciones emocionales intensas y temporales ante eventos específicos. Sin embargo, cuando esta tensión se prolonga, el manejo efectivo puede requerir cambios en el estilo de vida, terapias psicológicas, tratamientos médicos y el establecimiento de metas realistas y alcanzables.
La Dra. Rajita Sinha, directora del Centro Interdisciplinario de Medicina de Yale, explicó en un informe de dicha institución que los seres humanos poseen una capacidad natural para afrontar el estrés y recuperarse, a menudo de forma espontánea. No obstante, el ritmo de vida moderno ha incrementado la complejidad de las situaciones, muchas de las cuales no presentan soluciones directas o sencillas.
¿Qué Factores Desencadenan el Malestar Prolongado? Claves y Causas
Entre los desencadenantes de la tensión crónica identificados por Yale Medicine, destacan un ambiente familiar o de pareja poco saludable o la dedicación a un empleo profundamente insatisfactorio. La sociedad actual presenta una amplia gama de factores de riesgo, según los expertos de la universidad.
El malestar crónico tiene la capacidad de “desgastar” gradualmente los recursos emocionales de quienes lo padecen, afectando negativamente tanto el cuerpo como la mente. En muchos casos, las personas afectadas pueden llegar a sentir una profunda sensación de impotencia para cambiar sus circunstancias, tal como señala Rajita Sinha.
Al describir cómo el malestar crónico deteriora la salud física y mental, los especialistas se refieren a una serie de condiciones médicas y psicológicas que pueden manifestarse:
- Hipertensión arterial
- Enfermedades cardiovasculares
- Obesidad y síndrome metabólico
- Diabetes tipo 2
- Procesos inflamatorios articulares
- Dependencia de sustancias como el alcohol, nicotina, medicamentos recetados, o comportamientos adictivos (uso de internet, alimentación compulsiva, ludopatía)
- Trastornos de ansiedad y conductuales, que son diagnósticos frecuentes en personas que sufren malestar crónico
Indicadores de Alerta del Malestar Crónico: Reconoce las Señales
Marta Hernández, farmacéutica, nutricionista y directora de innovación en Superlativa, compartió en una entrevista con Men’s Health que el agotamiento físico y mental es la primera señal inequívoca de malestar crónico. Despertar sintiéndose ya exhausto es un indicador particularmente relevante.
La experta detalló que la falta de energía, si no se aborda, conduce a otras manifestaciones a largo plazo, resultando en un debilitamiento general, tanto a nivel mental como físico. En términos simples, una sensación constante de debilidad.
“Nuestro cuerpo es un sistema altamente complejo y eficiente, que trabaja para mantener su equilibrio y compensar las perturbaciones que introducimos en nuestra vida diaria”, explicó la especialista. Añadió que en su farmacia, las consultas más frecuentes de sus clientes se relacionan con la búsqueda de soluciones para el malestar general, la mejora del descanso y el manejo de la inquietud.
Marta Hernández subrayó durante su conversación con Men’s Health que, después del dolor, el malestar crónico representa la segunda causa más común de consulta médica y destacó la creciente prevalencia de síntomas relacionados con esta afección en poblaciones jóvenes, como episodios de ansiedad, preocupación excesiva o dificultades para conciliar el sueño.
Para contrarrestar los efectos del malestar crónico, la experta enfatizó la importancia del descanso reparador, un aspecto que muchas personas tienden a subestimar. El sueño adecuado permite al organismo “reiniciarse” y eliminar toxinas y residuos metabólicos. La alimentación también juega un rol fundamental: sin el aporte de los nutrientes esenciales y las proteínas necesarias para el correcto funcionamiento celular, resulta imposible sostener un estilo de vida saludable que permita erradicar esta peligrosa condición.
OdL
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