Navegando la Incertidumbre: Estrategias Clave para Jóvenes Mexicanos en sus Veintitantos
Por Regina Hernández Aguilar
La juventud en México, especialmente durante los veinte años, se percibe como una etapa de desafíos sin precedentes. Vivimos bajo el peso de expectativas sociales a menudo inalcanzables. La narrativa común pinta esta década como un periodo de vacilación y falta de compromiso, pero paradójicamente, se espera que los jóvenes ya tengan resuelto su éxito profesional, metas definidas y una vida “perfecta”. Esta desconexión con la realidad genera una profunda inseguridad.
Muchos jóvenes se sienten a la deriva, luchando por definir y expresar su identidad. Los veinte años se interpretan como una carrera vertiginosa que marca un futuro irreversible. Sin embargo, la verdadera fuerza reside en la audacia de ser uno mismo. La autenticidad, más que seguir caminos preestablecidos, radica en la valentía de forjar una narrativa personal única y genuina.
Este artículo presenta cuatro estrategias prácticas, inspiradas en las enseñanzas de Mel Robbins, autora y conferencista motivacional, para que los jóvenes mexicanos cultiven una mayor autenticidad y confianza en sí mismos y en sus relaciones.
¿Qué Significa Ser Auténtico en la Juventud?
La Real Academia Española define la autenticidad como la cualidad de ser uno mismo y mantener coherencia. Sin embargo, la transición a los veinte años marca lo que Robbins llama “The Great Scattering”. Se pasa de una vida estructurada, con hitos predecibles (colegio, universidad), a un panorama de gran incertidumbre donde los referentes conocidos se desvanecen.
Este lienzo en blanco puede ser abrumador, paralizando la toma de decisiones ante un mar de opciones. La comparación constante, exacerbada por las redes sociales, intensifica esta sensación. Por ello, la primera estrategia clave es: aprender a decidir, avanzar y ajustar el rumbo sobre la marcha, en lugar de obsesionarse con encontrar la “decisión correcta”.
La Presión del Tiempo: Disfruta Tu Ritmo
La segunda estrategia aborda la creencia de que la juventud es la única ventana para experimentar todo: viajes, cambios, relaciones, logros. Robbins desmiente esta urgencia, señalando que tomarse el tiempo necesario es un factor de distinción. Cada individuo posee un ritmo de vida propio y la vida no se detiene después de los treinta o cincuenta años. El mundo es vasto y no debe limitarse a un solo periodo de la existencia.
Excelencia vs. Perfeccionismo: El Poder de la Acción
La tercera estrategia se enfoca en las verdades que guían. La autenticidad se arraiga en lo real y lo tangible, promoviendo la excelencia sobre el perfeccionismo. El perfeccionismo, alimentado por la comparación y el miedo al error, conduce al estancamiento. En cambio, la excelencia impulsa la mejora continua y el crecimiento. Prioriza el progreso, por pequeño que sea, el movimiento, la experimentación, la toma de riesgos y el aprendizaje a partir de los tropiezos.
Definir y Actuar: Pequeños Pasos Hacia Grandes Cambios
Finalmente, la cuarta estrategia invita a identificar el área principal de insatisfacción: laboral, académica, personal, de salud, autoestima o hábitos. Una vez identificada, es crucial definir un cambio concreto y medible para ponerlo en práctica. Ejemplos incluyen: “hacer ejercicio cuatro veces por semana” o “enviar tres solicitudes de empleo semanales”. Establecer objetivos cuantificables como “nadar tres veces por semana durante 30 días” es más efectivo que una meta vaga como “hacer ejercicio”.
Para enfrentar cualquier desafío con éxito, se requiere:
- Compromiso inquebrantable: La acción es el antídoto contra el estancamiento.
- Pasos pequeños y constantes: La regularidad supera el esfuerzo esporádico e intenso.
- Registro y reflexión: Evaluar el progreso y ajustar la estrategia mediante un seguimiento.
- Aceptación de la imperfección: El objetivo principal es avanzar, no alcanzar la perfección inmediata.
Implementar estas estrategias fomentará una mayor claridad mental, potenciará la autoconfianza y disminuirá el ruido externo que a menudo agobia a quienes transitan la veintena.
En resumen, el verdadero logro no reside en ser “el mejor”, sino en ser diferente. La distinción surge de la autenticidad: tomar decisiones propias, actuar a pesar de la incertidumbre, buscar la excelencia sin caer en el perfeccionismo y emprender acciones concretas. Ser diferente significa escribir tu propia historia, brillar con tu singularidad y trascender las expectativas ajenas.
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