El Museo Kaluz presenta **“El jardín de Velasco”**, una exposición imperdible que abre sus puertas el 23 de octubre. Esta muestra inmersiva desvela la faceta más íntima, detallada y profundamente botánica del renombrado artista **José María Velasco (1840–1912)**. Descubre cómo Velasco redefinió la representación del paisaje mexicano y amplió nuestra comprensión de su riqueza natural. La exhibición congrega más de 350 piezas, incluyendo obras maestras y objetos personales, que profundizan en sus dimensiones científica, botánica, artística y humana.
Miguel Fernández Félix, director del museo, explica que el título **“El jardín de Velasco”** trasciende lo poético para evocar el Valle de México, convertido por el artista en su laboratorio visual y científico. Allí, con una curiosidad innata, Velasco observó, documentó y plasmó la exuberante diversidad de flora y la magnificencia de los paisajes que caracterizan su icónica obra.
Fernández Félix destaca que José María Velasco fue mucho más que un pintor de paisajes; fue un observador agudo de la naturaleza. Dedicó incontables horas al estudio de la flora, la fauna y los fenómenos naturales, manteniendo una activa y fructífera comunicación con eminentes botánicos y naturalistas de su época.
Entre los tesoros expuestos, el público podrá admirar herramientas originales del pintor, como pinceles, su paleta de trabajo y un parasol. Asimismo, se exhiben cuadernos y libretas repletos de anotaciones botánicas y bocetos detallados de plantas, junto a cartas y valiosas publicaciones relacionadas con sus investigaciones científicas, presentadas por primera vez al público.
“A diferencia de otros homenajes, como el que el Museo Nacional de Arte le dedicó en 1992, nuestra propuesta se enfoca en revelar al Velasco científico, el investigador riguroso que abordaba la naturaleza con la misma precisión que un científico. Este proyecto, concebido a largo plazo, abre nuevas y fascinantes vías de estudio sobre la intrínseca conexión entre el arte y la ciencia en México”, enfatiza el director.
Durante un recorrido exclusivo para la prensa, Paulina de la Paz, curadora en jefe del Museo Kaluz, desglosó cómo la exposición se organiza en seis secciones temáticas cuidadosamente diseñadas. Cada sección permite al visitante seguir la notable evolución de Velasco como científico y como artista.
El primer bloque, **“Pintor y científico”**, detalla su sólida formación en la Academia de San Carlos bajo la tutela de Eugenio Landesio. También se resalta su participación en expediciones arqueológicas y las influyentes discusiones sobre el evolucionismo de la época. Esta sección presenta dibujos y bocetos preparatorios que impresionan por su asombrosa exactitud botánica y geográfica.
“Aquí se exhibe ‘La Hacienda de Monte Blanco’, una obra que inició Landesio y concluyó Velasco, un ejemplo único y documentado de colaboración entre maestro y alumno. En ella, Velasco perfecciona las formas vegetales, demostrando cómo su enfoque botánico se integraba armoniosamente al paisaje y anticipaba la sensibilidad naturalista que define su obra cumbre”, compartió la curadora adjunta.
El segundo segmento, **“Flora del Valle de México”**, presenta una colección excepcional de 18 litografías de plantas creadas por Velasco, enriquecidas con anotaciones botánicas inéditas. “Esta parte subraya la agudeza de su mirada científica y su profundo compromiso por clasificar y comprender la flora endémica de la región”, indicó De la Paz.
Las secciones tituladas **“Comunidades botánicas”** y **“De plantas a medicamentos”** (tercera y cuarta, respectivamente) revelan la intensa red de intercambios que Velasco mantenía con botánicos tanto de México como del extranjero. Se exhibe correspondencia con Darwin y su colaboración con médicos y naturalistas para documentar las propiedades curativas de la flora local, presentando sus valiosas notas e investigaciones sobre plantas medicinales.
Finalmente, las secciones **“Arboleda y paisajes vivos”** y **“Laboratorio expandido”** combinan el minucioso estudio de árboles y bosques del Valle de México, evidenciando un conocimiento botánico excepcional, con áreas interactivas diseñadas para el público. Aquí, los visitantes participan en talleres interdisciplinarios de arte y ciencia, reflexionando sobre los procesos creativos y científicos que guiaron a Velasco.
“Buscamos que la experiencia del público sea multifacética: que puedan admirar la belleza artística, comprender el riguroso contexto científico y, sobre todo, reflexionar sobre la vital relación entre el ser humano y la naturaleza”, manifestó Fernández Félix.
“Velasco examinaba con una meticulosidad asombrosa las conexiones entre lo inorgánico y lo vivo, así como las intrincadas interrelaciones entre suelos, plantas, animales y seres humanos. Sus dibujos y cuadernos, lejos de ser meros registros botánicos precisos, transmiten la poderosa vitalidad del paisaje”, concluyó.
Además de obras icónicas como El Cerro de Santa Isabel (década de 1870), las distintas perspectivas de la cuenca desde Tacubaya (década de 1880) o El Volcán de Orizaba desde la Hacienda de San Miguelito (1892), la exposición se enriquece con cuatro interpretaciones de artistas contemporáneos. Estos artistas revisitan el legado de Velasco desde perspectivas innovadoras y actuales.
En **“Vía Láctea”**, Jan Hendrix toma como punto de partida el boceto Flor del maguey de Velasco. El artista crea dieciséis siluetas de acero pulido que dialogan con la luz, estableciendo un fascinante intercambio entre paisaje y planta, y destacando la flor del agave como un poderoso símbolo de México. Por su parte, **“Registro fósil”**, de Patricia Lagarde, utiliza la Libreta 9 del artista y su herbario para exponer la impresionante variedad de helechos y plantas estudiadas por Velasco. Lagarde incorpora fotografías de ejemplares recolectados en sitios emblemáticos del Valle de México.
Asimismo, **“Murmullos del universo”**, de **Wendy Cabrera Rubio y Sbethlanna González**, conecta la obra de Velasco con los vanguardistas experimentos biológicos de **Alfonso Luis Herrera**. La obra explora la vida y la evolución a través de una fascinante combinación de fotolitografías, acuarelas, dibujos vegetales y poesía.
Finalmente, **“Consejo de plantas”**, de Ariel Guzik, crea un vínculo único entre los visitantes y las plantas mediante un laúd conectado a electrodos. Este dispositivo genera un lenguaje vegetal que evoca la atención y la precisión científica, sellos distintivos de la obra de Velasco.
“Estas intervenciones contemporáneas no solo amplían nuestra comprensión de la obra del pintor, sino que demuestran cómo su enfoque científico y naturalista sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para nuevas y profundas formas de interactuar con la naturaleza”, expresó Paulina de La Paz.
DATOS CLAVE DE LA EXPOSICIÓN
- La muestra se ha enriquecido significativamente gracias a valiosos préstamos y colaboraciones del Herbario Nacional, el Museo Nacional de Antropología, así como importantes colecciones privadas y públicas.
- El acervo de José María Velasco conservado en el recinto del Museo Kaluz es vasto y excepcional, albergando más de 2,500 piezas. Este tesoro incluye pinturas, bocetos, libretas, cartas, manuscritos, libros y objetos personales, todos ellos ilustran la asombrosa amplitud de su trabajo y su minuciosa observación de la naturaleza mexicana.
- Cerca del 90 por ciento de las obras y objetos expuestos provienen directamente del archivo familiar. El Museo Kaluz adquirió este invaluable legado en 2023 de su bisnieta, María Elena Altamirano Piolle, quien dedicó años a la meticulosa recopilación, conservación e investigación del legado del insigne pintor.
- Actualmente, se está llevando a cabo la digitalización completa del archivo, un proyecto fundamental para la preservación y difusión del patrimonio de Velasco.
- La sección final de la exhibición ofrece una ventana a la vida cotidiana del artista, presentando documentos personales, fotografías, cartas, medallas y objetos procedentes del Acervo José María Velasco y otras colecciones.
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