Papa León XIV Nombra a San John Henry Newman Doctor de la Iglesia en la Solemnidad de Todos los Santos
En una ceremonia solemne conmemorando la Solemnidad de Todos los Santos, el Sumo Pontífice León XIV presidió la Eucaristía y proclamó a San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia. Este trascendental nombramiento tuvo lugar en el contexto del Jubileo de la Educación, un evento dedicado a la reflexión y promoción de la formación integral.
Ante una vasta congregación de fieles y visitantes congregados en la emblemática Plaza de San Pedro, el Papa León XIV otorgó a San John Henry Newman el prestigioso título de Doctor de la Iglesia Católica. Su Santidad expresó su profunda esperanza de que la vida y obra del nuevo Doctor sirvan de faro e inspiración para las generaciones venideras, guiándolas en su camino de fe y conocimiento.
“Hoy, deseo reafirmar a todos los responsables de la educación y a las instituciones formativas: ‘sean faros de luz en el mundo’. Esto se logrará a través de la sinceridad de su compromiso en la búsqueda conjunta de la verdad, su transmisión fiel y generosa, su servicio dedicado a los jóvenes, especialmente a aquellos en situaciones de mayor vulnerabilidad, y mediante la vivencia cotidiana de que el amor cristiano posee un poder profético y transformador.”
El Legado de San John Henry Newman: Cultura, Espiritualidad y un Canto a la Luz
Al evocar la figura de San John Henry Newman, el Papa León XIV destacó su “extraordinaria envergadura cultural y espiritual”. Su Santidad rememoró uno de los poemas más queridos y universales del nuevo Doctor: “Guíame, Luz Amable” (Lead, Kindly Light).
“En esa conmovedora plegaria, reconocemos nuestra condición peregrina, la fragilidad de nuestros pasos y la incertidumbre que a menudo envuelve nuestro futuro. Sin embargo, nada de esto nos detiene, pues hemos encontrado a nuestra Guía infalible: ‘¡Oh Luz amable, condúceme entre las tinieblas que me envuelven. Sé tú mi guía!’”
El Pontífice profundizó en la misión de la educación, definiéndola como el arte de “presentar esta Luz amable a quienes, de lo contrario, podrían sucumbir ante las sombras, especialmente perniciosas, del pesimismo y el temor”. Con un llamado vibrante, instó a la difusión de la esperanza por todos los rincones del planeta.
“Es hora de desmantelar los argumentos falaces de la resignación y la impotencia. Propaguemos en la sociedad contemporánea las razones sólidas y luminosas de la esperanza. Contemplemos y señalemos aquellas agrupaciones de estrellas que ofrecen guía y dirección en nuestro tiempo, a menudo empañado por profundas injusticias e incertidumbres. Los animo a transformar las escuelas, las universidades y todos los espacios educativos, incluso aquellos informales y de la calle, en puntos de partida hacia una civilización construida sobre el diálogo y la paz.”
La Educación Católica como Camino a la Santidad
Para concluir su inspirador discurso, el Papa León XIV subrayó la profunda vocación de la educación desde la perspectiva cristiana: “asiste a cada individuo en su camino hacia la santidad”.
“Oro para que la educación católica sea un instrumento poderoso que ayude a cada persona a descubrir su vocación a la santidad. San Agustín, figura que san John Henry Newman admiraba profundamente, nos legó esta sabia reflexión: somos condiscípulos que tenemos un único Maestro, cuya escuela se encuentra en la tierra y cuya cátedra está en el cielo.”
OdL
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