Una percepción extendida, heredada a través de las generaciones, sugiere que los jóvenes de hoy en día difieren marcadamente de sus predecesores. Es común que las generaciones más jóvenes critiquen a las anteriores, argumentando que los niños y adolescentes actuales muestran una falta de respeto hacia sus padres, llegando incluso a proferir insultos directos y, en ocasiones, a recurrir a la violencia física.
Las plataformas de redes sociales son un caldo de cultivo para compartir evidencias de tales comportamientos. Un video reciente ha encendido un acalorado debate. La grabación muestra a un menor amenazando a su progenitor con interponer una denuncia policial. El detonante: el padre había comprado un par de zapatos en lugar de adquirir una consola de videojuegos que el niño anhelaba.
Este incidente, capturado en video y viralizado en la plataforma X (anteriormente Twitter), se propagó velozmente debido a la airada reacción del menor. El niño declaró explícitamente que alertaría a la policía si su padre intentaba reprenderlo físicamente.
Tensa confrontación entre padre e hijo: ¿Generacional o reflejo de otros problemas?
En la grabación, observamos al niño dirigirse hacia su padre con una caja de zapatos, la cual arroja al suelo con visible frustración. Con clara molestia, reprocha la elección de los zapatos en detrimento de la deseada consola de videojuegos. El padre, por su parte, argumenta que ya había comunicado la decisión de comprar los zapatos y que, en ese momento, sus recursos económicos no permitían la adquisición de la consola.
El menor cuestiona la explicación de su padre, inquiriendo cómo es posible que no disponga de dinero si trabaja diariamente. El padre, ante la actitud desafiante, exige respeto y amaga con usar el cinturón para castigarlo si no cesa en su comportamiento. La respuesta del niño es contundente:
“Bueno, pero ustedes saben que si a mí me llegan a tocar con la faja, voy a llamar a la policía“.
Reacciones encontradas: ¿capricho infantil o respuesta ante el maltrato?
La grabación desató un acalorado debate en el ámbito digital. Si bien algunos internautas censuraron la actitud del menor, otros pusieron en tela de juicio los métodos parentales empleados para su corrección. A continuación, se exponen algunas de las diversas opiniones compartidas:
- Resulta difícil de comprender que, ante estas situaciones, se contemple la posibilidad de golpear al menor de forma severa. Los adultos que actúan así demuestran una clara falta de juicio, dado que un niño no adopta tales conductas sin motivo aparente.
- La disciplina no debe confundirse con la violencia física. Las medidas correctivas más efectivas implican la retirada temporal de privilegios: el uso del teléfono móvil, la tablet, el acceso a internet, los juguetes, las salidas sociales y las visitas de amigos. Es fundamental enseñarles que los bienes y las experiencias se consiguen con esfuerzo. Esta debe ser una postura consensuada por ambos progenitores; de lo contrario, la estrategia de corrección fracasará.
- Aunque pueda parecer una anécdota, conozco a una adolescente de 12 años que, ante la amenaza de su padre de castigarla, le replicó: “Si sigues molestando, iré a la policía y diré que me violaste”. Ante esta intimidación, el padre se vio obligado a ceder y abandonar su intento de castigo.
- Desde el inicio de la interacción, se evidencia una dinámica de conflicto latente entre el niño y el padre. Es palpable que el padre enfrenta dificultades para establecer límites claros, y el niño, para acatarlos. Considero que esta familia podría beneficiarse de un apoyo profesional para prevenir el maltrato y fortalecer sus vínculos afectivos.
- En una ocasión, intenté replicar una amenaza similar a mi jefa. Con una serenidad pasmosa, ella me respondió: “Toma el teléfono y llama a la policía, y de paso pide una ambulancia, porque no te imaginas la paliza que te espera”. Por supuesto, jamás llegué a realizar esa llamada.
- Estos videos deberían servir como una seria advertencia. En ocasiones, he considerado la posibilidad de adoptar un hijo (actualmente no tengo hijos), pero la visualización de videos como este me disuade significativamente de esa idea.
OdL
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