Migración a España: Experiencias Laborales en la Construcción y Claves del Éxito
La búsqueda de nuevas oportunidades laborales en España ha impulsado a miles de personas a migrar, y sus historias, cada vez más visibles en plataformas digitales, revelan un panorama interesante. Un sector que emerge con fuerza para acoger a estos profesionales es la construcción, un campo que actualmente experimenta una significativa escasez de mano de obra joven y que, dadas sus exigencias físicas, ha disparado la demanda de personal cualificado y dispuesto. En este contexto, la vivencia de Andrés Tavera, un ciudadano colombiano, ofrece una valiosa perspectiva sobre el camino que muchos toman al llegar al país.
Su testimonio es un reflejo de la realidad que enfrentan numerosos latinoamericanos al arribar a España. Sin una red de contactos preestablecida, sin experiencia previa en el mercado laboral local y con la urgencia de generar ingresos de manera inmediata, muchos se enfrentan a un comienzo desafiante. No obstante, la perseverancia, la disposición para asumir cualquier tipo de labor y la potencia del tradicional "boca a boca" se configuran como pilares fundamentales para lograr la estabilización profesional.

El Reto de la Construcción en España: Oportunidades y Esfuerzo
Andrés Tavera, quien hoy se desempeña en una reconocida compañía de demoliciones en Castellón, ha compartido en el canal de YouTube "Anibal Spain" los detalles de sus primeros empleos en España y su proceso de adaptación al entorno laboral. Su recorrido profesional ha experimentado una transformación radical: dejó atrás su rol como asesor comercial en Colombia para dedicarse a tareas como el transporte de escombros, la limpieza de obras y la asunción de jornadas laborales extenuantes en la Comunidad Valenciana.
Como muchos inmigrantes al inicio de su travesía en un nuevo país, la incursión de Andrés en el mercado laboral español no comenzó en la construcción. Sus primeros pasos fueron como vigilante en un establecimiento playero de Burriana. Allí, percibía una remuneración de 40 euros por turno, lo que sumaba 1.200 euros mensuales trabajando a diario. Sus responsabilidades abarcaban desde la limpieza de mesas y vajilla hasta la organización general del local, demostrando una actitud de "hacer un poco de todo" y sin dudar en aceptar cualquier encomienda.
Con el transcurso del tiempo y gracias a las referencias laborales, Andrés avanzó desde trabajos esporádicos a tareas de limpieza en obras, pequeñas reformas y, finalmente, encontró su lugar en una empresa especializada en demoliciones y gestión de amianto. Esta última oportunidad le significó la obtención de un contrato formal, acceso a la cobertura de seguridad social y, lo más importante, una estabilidad laboral anhelada por muchos. Actualmente, su ingreso se sitúa en torno al salario mínimo interprofesional español, complementado por las prestaciones legales correspondientes.
Residiendo con su familia en Burriana, donde los costos de alquiler son notablemente más accesibles que en las grandes urbes, Andrés ha logrado formalizar su situación a través del empadronamiento con la colaboración de su arrendador. Mediante una gestión financiera prudente y la eliminación de gastos superfluos, está consolidando sus objetivos: desde cubrir la fianza del alquiler hasta la adquisición de un vehículo.
Aunque reconoce la dureza del trabajo y la modestia de la remuneración inicial, Andrés subraya la invaluable tranquilidad que ha encontrado. Su recomendación para otros recién llegados que consideran la industria de la construcción es categórica: "Sí. Si se esfuerza, si es constante, puede encontrar empleo". En un sector con alta demanda de trabajadores, su experiencia demuestra que la disposición, la proactividad y una actitud positiva son, a menudo, las llaves maestras que abren más puertas que cualquier currículum vitae.
aDB


