El Museo del Louvre en París, uno de los recintos culturales más emblemáticos del mundo, ha reabierto sus puertas tras un audaz robo de joyas reales. La reapertura se produjo apenas tres días después de la sustracción de ocho valiosas piezas de joyería real, con un valor estimado que supera los 102 millones de dólares.
La expectación era palpable desde las 09:00, hora local, cuando se permitió el acceso a los primeros visitantes. Sin embargo, la majestuosa Sala de Apolo, escenario del cuantioso robo, permanece temporalmente clausurada para permitir las investigaciones, según ha informado la dirección del museo.
Equipos de seguridad y fuerzas policiales continúan desplegados en una intensa búsqueda para localizar a los cuatro individuos sospechosos de ejecutar este elaborado hurto. El atraco tuvo lugar en la madrugada del domingo en esta prestigiosa galería, situada en una de las alas del museo más visitado a nivel global.
Los perpetradores emplearon un método ingenioso y audaz, utilizando un elevador de carga para acceder a uno de los balcones. Dos de ellos se infiltraron en el edificio, valiéndose de una sierra circular para forzar una ventana y acceder a la sala donde se exhibían las joyas.
La máxima autoridad del Louvre, Laurence des Cars, ha admitido públicamente que el sistema de videovigilancia exterior del museo presenta “deficiencias significativas”. Este lamentable incidente ha puesto de manifiesto la urgencia de reforzar la seguridad en los museos de Francia, especialmente en instituciones de la magnitud del Louvre.
La directora compareció ante una comisión senatorial para detallar las circunstancias que permitieron este sofisticado robo, que se estima se consumó en tan solo ocho minutos y por un valor que supera los 88 millones de euros.
En sus primeras declaraciones públicas, Des Cars confirmó que los sistemas de alarma internos del museo sí se activaron durante el suceso. No obstante, reconoció que las cámaras de seguridad exteriores son “obsoletas” y resultan insuficientes para cubrir la totalidad de las instalaciones.
“La dotación (de cámaras exteriores) es muy insuficiente, no abarca de manera efectiva todas las fachadas del Louvre”, afirmó.
Detalló que en la zona de la Galería de Apolo, la única cámara de seguridad instalada estaba “orientada hacia el oeste”, lo que impidió la grabación del balcón desde el cual los ladrones accedieron a la sala.
En respuesta a este grave incidente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha instruido al gobierno para que se “agilice” la implementación de mejoras en la seguridad del Louvre. Así lo anunció la portavoz del ejecutivo tras una reunión del consejo de ministros, subrayando la importancia de este emblemático museo.
LAS JOYAS REALES DEL ROBO EN EL MUSEO DEL LOUVRE
La directora del Museo del Louvre informó que existe la esperanza de reparar la corona enjoyada, pieza central del robo, que presentaba diamantes y esmeraldas. Esta corona se extravió en el suelo mientras los ladrones huían con las valiosas piezas del tesoro imperial.
Esta imponente corona, datada del siglo XIX y perteneciente a la emperatriz Eugenia –consorte de Napoleón III–, es una obra maestra de la orfebrería, adornada con 1,354 diamantes y 56 esmeraldas, tal como se detalla en el catálogo oficial del museo.
Des Cars señaló que los daños más significativos probablemente no provienen de la caída de la corona, sino del intento de los asaltantes por extraerla a través de una abertura de dimensiones reducidas, lo que pudo haber afectado a su delicada estructura.
aDB
