El boxeo de El Garufa: superación, gloria y cinco títulos forjados tras los barrotes.

Ioseph
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Oscar “El Garufa”: De Campeón en Reclusorios a Maestro de Boxeo Inspirador en Tláhuac

En el corazón de Tláhuac, en la alcaldía de Zapotitla, se forja un futuro prometedor para jóvenes y adultos gracias a la disciplina del boxeo. Oscar Muñoz, conocido en el mundo del pugilismo como “El Garufa”, es la figura central de esta iniciativa, un hombre cuya vida ha sido transformada por el deporte de los puños, pasando de ser campeón en reclusorios a un mentor dedicado a inspirar a su comunidad.

La “Academia” de Boxeo de El Garufa: Un Camino de Redención y Oportunidad

Cada mañana, la explanada de la coordinación de Zapotitla se llena de energía. Oscar Muñoz, tras compartir un momento familiar, se dirige a este espacio para impartir sus lecciones de boxeo. Su jornada comienza a las 8:00 AM, reuniendo a un grupo diverso de jóvenes, niños y adultos sedientos de aprender y superarse a través del deporte.

La trayectoria de Oscar está marcada por la superación. Tras cumplir una condena de 8 años por delitos de robo, encontró en el boxeo una vía de reinserción y propósito. En el reclusorio, bajo la tutela del profesor Benito “Mi Chaparro” Catalán, no solo perfeccionó su técnica, sino que cosechó éxitos, coronándose pentacampeón en competencias carcelarias. Esta experiencia, compartida en exclusiva para El Heraldo de México, subraya la fuerza transformadora del deporte.

Actualmente, Oscar dedica cuatro horas diarias a la enseñanza en el programa Pilares “García Lorca”, una labor que realiza como parte de una beca otorgada por el Instituto del Deporte. Sus inicios fueron solitarios, practicando en el mismo recinto. Pronto, Daniel Castillo, uno de sus primeros alumnos y hoy un fiel colaborador, se unió a él. Lo que empezó como un entrenamiento a dos, se ha convertido en un fenómeno, atrayendo a decenas de personas a quienes Oscar no solo instruye, sino que también impulsa a competir.

“El boxeo es mi vida entera; me di cuenta de que sí sirvió para algo”, afirma con convicción “El Garufa”, evidenciando la profunda conexión y significado que esta disciplina tiene para él.

Del Desgaste Físico a la Pasión por el Boxeo: Historias de Éxito

La “escuela” de boxeo de Oscar no solo enseña técnicas de combate, sino que cultiva valores y transforma vidas. Daniel Castillo, con 44 años, inició en el boxeo buscando una solución a un problema de desgaste en la cadera. Pensando que solo implicaría movimiento de brazos, se sorprendió al descubrir la exigencia integral del deporte. Bajo la guía de El Garufa, Daniel encontró en el boxeo una actividad física completa y una pasión que lo ha mantenido comprometido. Él mismo relata cómo, de ser un dúo inicial, la comunidad de entusiastas del boxeo ha crecido exponencialmente.

Erick Torres, de 34 años, es otro ejemplo de cómo el boxeo puede redefinir un propósito vital. Conoció esta disciplina gracias a Oscar. A pesar de que hoy él mismo entrena a otros púgiles, fue en el boxeo donde Erick encontró disciplina, temple y una nueva dirección. Su enfoque actual es ofrecer clases privadas a niños de bajos recursos, replicando el impacto positivo que recibió.

“Aquí no solo aprendí boxeo, sino valores, resiliencia, control de mi temperamento y, lo más importante, a utilizar el boxeo de manera positiva”, comparte Erick, destacando el valor formativo de las enseñanzas de El Garufa.

Oscar, “El Garufa”: Pentacampeón entre Rejas y Maestro Fuera de Ellas

La historia de Oscar “El Garufa” Muñoz es un testimonio de resiliencia y de cómo el boxeo puede ser un catalizador de cambio. Él mismo declara que, gracias a este deporte, ha aprendido que “todo es posible en esta vida”. Su palmarés en reclusorios es impresionante: cinco títulos obtenidos en competencias interreclusorios, distribuidos entre 2016 y 2021, demuestran su destreza y dedicación en el ring.

El apodo “Garufa”, que evoca audacia y vanguardia, tiene un origen emotivo para Oscar. Lo eligió antes de su debut en el Reclusorio Sur, en honor a un amigo fallecido, “El Gurin”. Este nombre se ha convertido en un símbolo de su lucha, tanto personal como deportiva.

La habilidad de Oscar para guiar a sus alumnos es evidente en la alta asistencia a sus clases y en los logros de aquellos que ha impulsado hacia carreras semiprofesionales. Su motivación es clara:

“Lo hago por ellos; ellos son mi inspiración diaria. Aquí no solo adquieren habilidades de boxeo, sino también disciplina y evitan caer en la ociosidad”, afirma El Garufa, subrayando su compromiso con el bienestar y desarrollo de su comunidad a través del boxeo.

El legado de Oscar “El Garufa” Muñoz trasciende los títulos. Su labor en Tláhuac es un faro de esperanza, demostrando que la disciplina, el esfuerzo y un mentor comprometido pueden transformar realidades y forjar campeones dentro y fuera del ring.

aDB

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