El reconocido boxeador mexicano, Ángel Fierro, enfrenta uno de los momentos más críticos de su carrera deportiva. Tras un desafortunado incidente en la ceremonia de pesaje que obligó a cancelar el que sería el combate estelar de su trayectoria, y una posterior infracción en su última pelea que derivó en su expulsión del ring por una patada ilegal a su rival, el futuro del pugilista originario de Tijuana se presenta incierto.
Estos eventos generaron profunda preocupación en su equipo y, con el tiempo, Fierro reconoció la existencia de dificultades personales. A sus 27 años, el atleta tomó una decisión trascendental que él mismo describe como la más compleja de su carrera boxística: admitir un problema personal y buscar ayuda profesional.
Con este firme propósito, Ángel Fierro se ha internado en el centro de rehabilitación Hacienda Nueva Vida, buscando recuperar el equilibrio emocional que siente haber perdido y, desde esta nueva base, reencaminar su apasionante camino en el competitivo mundo del boxeo profesional.
Me resulta muy difícil admitir que tengo un problema. La fama me desbordó y pensé que todo era sencillo, pero provengo de orígenes humildes. Ahora, mi meta es volver a la realidad para sacar adelante a mis tres hijas”, confesó en una entrevista con El Heraldo de México.

Ángel Fierro: El Camino Hacia una Nueva Oportunidad en el Boxeo
El motor principal detrás de esta valiente decisión ha sido su familia. Durante el evento conocido como Martes de Café, Fierro compartió con emotiva sinceridad la importancia fundamental de sus tres hijas y cómo su situación personal le obligó a hacer un alto en su carrera.
Al ingresar al centro de tratamiento, Fierro reflexionó sobre cómo la experiencia le ha brindado una perspectiva renovada de su realidad: “Me di cuenta de que solo soy un deportista más. La fama es pasajera y eventualmente se desvanece. Uno vuelve a ser una persona común y corriente. Afortunadamente, cuento con un gran equipo que me apoya y ahora retomaré todo con respeto y gran humildad.”
En medio de esta etapa de recuperación y autoconocimiento, Ángel Fierro ha encontrado un rayo de esperanza: la promesa de Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), de que, una vez restablecido, se le brindará una nueva oportunidad para disputar un título mundial.
Fierro es plenamente consciente de que alcanzar este anhelado objetivo dependerá exclusivamente de su disciplina personal y de su completa recuperación física y mental.
Estuve a punto de pelear por un campeonato mundial. Ahora estoy aquí y mi objetivo es recuperarme. Me motiva la idea de demostrarle a mi empresa, a mi familia y a mis tres hijas que puedo regresar”.
Reconocer su situación actual, según el propio pugilista, representó un desafío mucho mayor que cualquier golpe recibido dentro del cuadrilátero.
Decir ‘sí, estoy mal y necesito ayuda’ es lo más difícil. Pero hoy me presento con la mayor humildad posible”.
Ángel Fierro enfatizó que la decisión de buscar ayuda fue completamente personal, aunque la compartió íntimamente con su familia, quienes están al tanto de la magnitud de los obstáculos que ha superado. Expresó su profunda gratitud por el respaldo incondicional de su promotora y del Consejo Mundial de Boxeo durante este crucial proceso.
Estoy seguro de que el público verá que estoy cumpliendo mi palabra. Busqué ayuda y aquí estoy. No estoy ignorando lo que sucedió en mi pelea”.
Comprendiendo la intrínseca conexión entre el rendimiento deportivo y la estabilidad mental, Fierro resumió su valioso aprendizaje con una poderosa y reveladora afirmación: “Puedo entrenar con los mejores del mundo, pero si la salud mental no está presente, nada es posible.”
OdL
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