México y los Estados Unidos unen fuerzas financieras para desmantelar organizaciones criminales transnacionales. Esta colaboración estratégica se centra en tres pilares fundamentales:
- Fortalecer la trazabilidad de las transacciones financieras.
- Neutralizar eficazmente las redes de lavado de dinero.
- Garantizar la integridad y seguridad del sistema financiero global.
En un movimiento significativo contra el crimen organizado, la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) del Departamento del Tesoro de EE. UU. ha ampliado su lista de sanciones. Ahora incluye a 11 individuos y entidades sospechosas de proveer apoyo crucial a la temida organización criminal conocida como el Tren de Aragua.
Las nuevas designaciones afectan a siete personas físicas y cuatro empresas, presuntamente involucradas en la facilitación de recursos y tecnología para el grupo delictivo de origen venezolano, cuya peligrosidad ha sido reconocida internacionalmente por sus vínculos con el terrorismo y actividades transnacionales.
Investigan Presencia en México del Tren de Aragua y sus Empresas Fachada
La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México está activamente involucrada en la búsqueda de uno de los individuos sancionados dentro del territorio nacional. Se han iniciado procedimientos, tanto a nivel local como internacional, y se ha presentado la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General de la República para facilitar las investigaciones.
Como parte de esta colaboración binacional, las autoridades mexicanas han emitido alertas dirigidas al sector financiero. Trabajan mano a mano con la OFAC para desentrañar posibles redes de empresas fachada que podrían estar operando en México para el beneficio del Tren de Aragua.
El objetivo principal es impedir que esta red criminal utilice el sistema financiero mexicano como plataforma para sus operaciones ilícitas y lavado de dinero.
¿Quién es el Tren de Aragua? Una Red Criminal Transnacional
El Tren de Aragua es una peligrosa organización criminal originaria de Venezuela, tristemente célebre por su implicación en actividades delictivas graves como el tráfico de personas, extorsión, narcotráfico y comercio ilegal. Se le ha identificado como una fachada del “narcoterrorismo”, utilizada para infundir miedo y violencia, particularmente contra la población venezolana.
Se ha documentado la expansión de sus operaciones a varios países, incluyendo Perú, México, Ecuador, Chile, Estados Unidos y Colombia. Esta red utiliza intrincadas estructuras empresariales y redes clandestinas para blanquear capitales y disimular sus actividades ilegales a escala internacional.
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