Wicked: Un Viaje Emocional Desde Glee Hasta la Gran Pantalla
Wicked es más que un simple musical; es una experiencia transformadora que resuena profundamente en aquellos que valoran la individualidad y celebran las diferencias. Para muchos, como para mí, esta obra se ha convertido en un refugio, una fuente de inspiración y un recordatorio constante de que ser diferente es una fortaleza, no una debilidad.
El Descubrimiento Musical: De Oz a Glee
Mi primer encuentro con el universo de Oz no fue en el teatro, sino a través de la pantalla de televisión, cautivado por las emotivas tramas de la serie Glee. La interpretación de “Defying Gravity” por Rachel y Kurt no fue solo una actuación; fue un grito de libertad para almas que, como yo, anhelaban mostrar al mundo su potencial, incluso sin permiso explícito. Esta poderosa melodía despertó una profunda curiosidad: ¿cuál era el origen de esta música que movilizaba tanto el espíritu?
El Camino a Oz: YouTube y la Producción Mexicana
Impulsado por la inquietud tras ver Glee, recurrí a YouTube como mi portal personal a Oz. La imposibilidad de asistir a Broadway se desvaneció ante la facilidad de un clic. Fue en esta plataforma donde descubrí la producción mexicana de Wicked. La interpretación de Danna Paola como Elphaba fue un torbellino de emociones. Su versión de “No Good Deed” no fue solo una canción; fue una explosión cruda de rabia, fragilidad y autenticidad, que resonó con mi propia experiencia. A su lado, Ceci de la Cueva brilló como una Glinda radiante, vocalmente deslumbrante y encantadora. Su química en escena era innegable, y su interpretación conjunta de “For Good” tuvo un efecto catártico, llevándome a las lágrimas y a un profundo proceso de reflexión.
La Gran Pantalla: La Adaptación Cinematográfica de Wicked
Años después, la adaptación cinematográfica de Wicked es una realidad palpable. Cada avance promocional me deja sin aliento, sintiendo que es la culminación lógica de un viaje personal que comenzó hace tiempo.
La elección de Cynthia Erivo para encarnar a Elphaba es sencillamente magistral. Su presencia irradia una fuerza indomable y su voz tiene la capacidad de conmover hasta lo más profundo del ser. La expectativa de escucharla entonar “No Good Deed” en la gran pantalla confirma que es la elección perfecta para este icónico personaje.
Por otro lado, Ariana Grande como Glinda es una noticia que acelera el pulso. No se presenta como una estrella pop cualquiera, sino como una fan devota que siempre ha profesado su amor por este musical. Su rol como Glinda es poético y coherente, representando a esa joven que practicaba estas canciones frente al espejo, un reflejo de muchas de nosotras. Ver a Ariana asumir este papel es presenciar cómo un sueño, que parecía inalcanzable, se materializa ante nuestros ojos.
La colaboración entre Cynthia Erivo y Ariana Grande en la pantalla grande trasciende la experiencia cinematográfica. Es un reflejo a escala monumental de mi propia travesía con Wicked. Me devuelve a los recuerdos de Glee, a las noches dedicadas a ver fragmentos de Danna y Ceci, y a la profunda impresión que causaron esas armonías etéreas. Es un reencuentro con esa versión de mí misma que necesitaba escuchar que ser diferente no era un defecto, sino un don.
Wicked me enseñó que toda historia tiene dos caras, que la otredad no es un error y que, a menudo, aquello que nos hace sentir ajenos es precisamente lo que nos permite elevarnos. Después de una larga espera, estoy plenamente preparada para revivir la totalidad de estas emociones, guiada por una influencia que ha marcado mi vida de manera positiva y duradera.
aDB
