La movilidad humana continua

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Por Wilfrido Carrillo Benítez

La historia humana es un constante movimiento. Desde nuestros orígenes en África hasta los desplazamientos actuales por motivos económicos, políticos o ambientales, la migración ha sido un motor clave de nuestra evolución, trascendiendo la mera supervivencia. Cada viaje hacia lo desconocido ha configurado la civilización que conocemos hoy.

Los albores de la movilidad: Primeros pasos de la humanidad

Mucho antes de la existencia de fronteras o pasaportes, el ser humano ya era un explorador innato. La ciencia antropológica estima que hace más de 70,000 años, pequeños grupos de cazadores-recolectores partieron del continente africano en busca de recursos para subsistir. Estos viajes, impulsados por el instinto de supervivencia, sentaron las bases para la diversidad de lenguas, culturas y estilos de vida que caracterizan a la humanidad.

El acto de desplazarse generó innovación y progreso. Los encuentros entre diferentes comunidades propiciaron la fusión de ideas, la adopción de creencias compartidas y el desarrollo de estrategias de supervivencia más efectivas. De estas antiguas migraciones humanas surgieron los primeros asentamientos, las civilizaciones y el valioso legado de conocimientos que hoy forman parte de nuestro patrimonio común.

Tal como lo destaca la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el movimiento de personas es un proceso natural y continuo que ha moldeado la evolución social, cultural y económica de nuestro planeta (OIM, 2024). La historia de la migración es la historia de la humanidad.

La diáspora contemporánea: Un faro de esperanza y aspiración

En el siglo XXI, aunque las causas para emprender un viaje han evolucionado, la aspiración fundamental sigue siendo la misma: buscar una vida mejor. Según el Anuario de Migración y Remesas 2023 de BBVA Research, hoy en día más de 281 millones de personas viven fuera de sus países de origen, lo que representa un 3.6% de la población mundial (BBVA Research, 2023). Estas cifras evidencian la magnitud de la migración internacional.

Las rutas migratorias actuales están marcadas por un complejo entramado de temor, esperanza, incertidumbre y una profunda resiliencia. Cada año, miles de individuos cruzan océanos, desiertos y selvas. Un ejemplo impactante es el Tapón del Darién, que en 2023 registró una cifra récord de más de 520,000 migrantes en tránsito irregular, evidenciando la magnitud de la crisis migratoria en la región (OIM, 2024).

La movilidad se ha convertido en una respuesta necesaria ante circunstancias adversas y, a la vez, en una poderosa manifestación de fe en el futuro. La experiencia migratoria es un reflejo de la voluntad humana de superación.

El relato de María: La fortaleza de un nuevo comienzo

Detrás de cada número, existe una historia humana. María tenía solo trece años cuando, junto a su familia, dejó Venezuela. La decisión no fue por elección, sino por pura necesidad. Este es un testimonio conmovedor sobre los retos de la migración.

“No quería irme de mi país. Las circunstancias nos obligaron. En ese momento, no entendía muy bien por qué, pero sabía que era por mi futuro”, recuerda con emotividad.

Su viaje encapsula las emociones que experimentan millones al abandonar su hogar: la desorientación, el miedo y la esperanza de un futuro mejor.

“Lo más difícil fue la soledad. En Venezuela tenía muchos amigos, y aquí, me sentía completamente sola. Hubo un tiempo en que no pude seguir estudiando por los trámites para regularizar mi situación, y eso fue muy desalentador. Sin embargo, con el tiempo, me adapté, conocí gente amable y comencé a sentirme parte de este nuevo entorno.”

María también comparte sus vivencias sobre los choques culturales del día a día:

“El idioma no fue un problema, pero la comida sí. En Venezuela no comemos comida picante, y aquí, es muy común. Fue una adaptación importante para mi paladar.”


Hoy, la joven que emigró cursa estudios universitarios y mira al pasado con un sentimiento de gratitud:

“He crecido muchísimo personalmente aquí. Terminé la secundaria, el bachillerato, estudios técnicos y ahora mi carrera universitaria. Este país me ofreció oportunidades que no tenía allá.”

Su experiencia ejemplifica la esencia de la movilidad humana: la capacidad de adaptación, la perseverancia y la reconstrucción de una vida.

Emigrar es progresar: Un motor de desarrollo

Las migraciones actuales no solo responden a conflictos armados o escasez de alimentos, sino también a la búsqueda activa de oportunidades educativas, laborales y de seguridad. México, un país históricamente de tránsito, se ha convertido también en un importante receptor de migrantes. En 2024, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) registró más de 140,000 solicitudes de asilo, provenientes principalmente de naciones centro y sudamericanas (COMAR, 2024). Esto subraya la importancia de entender las tendencias migratorias.

Estas cifras no solo reflejan una necesidad apremiante, sino también un acto de confianza. Quien decide emigrar deposita en una tierra ajena la esperanza de un futuro más próspero, y con su llegada, enriquece el panorama cultural, gastronómico y social del país anfitrión. La inclusión de migrantes es fundamental para el progreso.

Por lo tanto, emigrar no es solo un cambio de lugar; implica compartir conocimientos, transformar realidades y evolucionar como sociedad. La huella que deja la movilidad de personas es profunda y transformadora.

El impacto de la migración va más allá de las estadísticas o las fronteras geográficas. Se manifiesta en las conexiones humanas que se forjan a través del encuentro intercultural. Las lenguas se enriquecen, las tradiciones se reinventan y las sociedades se fortalecen. La diversidad cultural es un activo invaluable.

Así como los primeros homínidos moldearon el mundo con sus desplazamientos, las migraciones contemporáneas continúan impulsando el desarrollo global. Las remesas, por ejemplo, representan un flujo económico vital: tan solo en México, superaron los 63 mil millones de dólares en 2023, fortaleciendo innumerables comunidades locales (El País, 2025). Las remesas y su impacto económico son cruciales.

Como expresó el reconocido periodista Ryszard Kapuscinski, “los viajes nos enseñan más sobre los demás, pero sobre todo, nos enseñan sobre nosotros mismos.” Cada migrante es un reflejo de la historia de la humanidad: una crónica en constante movimiento y adaptación.

La emigración es una extensión del espíritu humano. Representa una forma de desplazamiento que trasciende lo físico: nos movemos de ideas, de mentalidades, rompiendo barreras intangibles.

Desde las antiguas caravanas hasta los modernos vuelos comerciales, la movilidad ha sido el motor que impulsa nuestro desarrollo. Donde una persona decide emprender un nuevo rumbo, allí germina la posibilidad de un renacer y de nuevas oportunidades.

Hoy, continuamos nuestro viaje —de una ciudad a otra, de una nación a otra, de un pensamiento a otro— recordando que el futuro no se espera pasivamente: se conquista, paso a paso, con determinación y resiliencia.

Referencias:

BBVA Research. (2023). Anuario de Migración y Remesas México 2023. s-2023/

Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR). (2024). Informe anual 2024.

El País. (2025, 1 de octubre). Las remesas vuelven a caer: los envíos de dinero a México se desploman 8,3 % en agosto. os-de-dinero-a-mexico-se-desploman-83-en-agosto.html

Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (2024). Estadísticas migratorias México 2023.

Pérez, M. (2025, 6 de octubre). Entrevista personal: Testimonio sobre migración [Archivo de audio]. Entrevista realizada por Wilfrido Carrillo Benítez

Kapuscinski, R. (2007). Viajes con Heródoto. Editorial Anagrama.

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