Ganancias de un albañil inmigrante latino en España.

Ioseph
5 min. Lectura

Migrar a España: Historias de Éxito en la Construcción para Inmigrantes

Las experiencias de inmigrantes en España que buscan oportunidades laborales son cada vez más evidentes en el panorama digital. Un sector que emerge con fuerza para quienes llegan en busca de un futuro mejor es la construcción, un campo que actualmente sufre una notable escasez de personal joven y que, debido a la exigencia física de sus labores, genera una alta demanda de trabajadores. En este contexto, la travesía profesional de Andrés Tavera, un colombiano que compartió su recorrido tras establecerse en España, se convierte en un caso inspirador.

Su testimonio refleja la realidad de muchos latinoamericanos que aterrizan en España sin redes de contacto, sin experiencia previa y con la urgencia de generar ingresos de forma inmediata. A pesar de los obstáculos iniciales, la perseverancia, la disposición a aceptar cualquier tipo de trabajo y el poder del networking informal, o “boca a boca”, les permiten abrirse camino y encontrar empleo.

El Desafío de la Mano de Obra en España: Empleo en la Construcción

Andrés Tavera, quien ejerce en una empresa de demoliciones en Castellón, ha compartido públicamente en el canal de YouTube “Anibal Spain” los detalles de sus primeros salarios y su proceso de adaptación al entorno laboral español. Su evolución ha sido significativa: de ser asesor comercial en Colombia, ha pasado a tareas como el transporte de escombros, la limpieza de obras y la aceptación de jornadas laborales extenuantes en la Comunidad Valenciana.

Inicialmente, al igual que muchos recién llegados, su primer empleo en España no estuvo directamente relacionado con la construcción. Comenzó como vigilante en un establecimiento playero en Burriana, con una remuneración de 40 euros por jornada. “Me pagaban 40 euros el turno; al mes, ganaba 1.200, pero trabajaba todos los días”, compartió Andrés. Sus responsabilidades abarcaban desde la limpieza de mesas y vajilla hasta la organización general del local, mostrando una actitud de total disposición, ya que, según sus palabras, “uno no puede ponerse exquisito”.

Con el paso del tiempo, y gracias a las recomendaciones recibidas, Andrés progresó desde trabajos de limpieza informal hacia tareas de reforma y, finalmente, se incorporó a una empresa especializada en demoliciones y manejo de amianto. En este último puesto, logró obtener un contrato formal, cobertura de seguridad social y la estabilidad laboral tan anhelada por muchos inmigrantes. Actualmente, su remuneración se sitúa en torno al salario mínimo interprofesional español: “Estamos con el salario mínimo, alrededor de 1.250 euros, más todas las prestaciones que marca la ley”, señaló.

Residiendo con su familia en Burriana, donde el coste del alquiler asciende a 350 euros mensuales, una cifra considerablemente más accesible que en las grandes urbes, Andrés ha conseguido regularizar su situación gracias a la colaboración del propietario. Mediante una gestión financiera prudente y la minimización de gastos innecesarios, administra sus recursos para alcanzar objetivos concretos, comenzando por la fianza del piso y avanzando hacia la compra de un vehículo, entre otros planes. “Poco a poco, vamos progresando”, resumió.

Aunque reconoce la dureza del trabajo y la modestia de la paga inicial, Andrés destaca la sensación de tranquilidad que esto le aporta: “Aquí puedes andar con el teléfono en la mano sin temor”. Ante la pregunta de si recomendaría el sector de la construcción a otros recién llegados, su respuesta es contundente: “Sí. Si se esfuerza, si es constante, puede encontrar empleo”. En una industria con alta demanda de personal, su vivencia subraya que la disposición y una actitud proactiva pueden abrir más puertas que cualquier currículum vitae.

aDB

Comparte este artículo
No hay comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *