El cierre del ciclo académico en el Colegio Universitario Santa María, institución afiliada a la Universidad Marcelino Champagnat, se vio abruptamente interrumpido por un lamentable incidente. Daños materiales y altercados públicos llevaron a la dirección a tomar la drástica decisión de suspender la última jornada de clases. Esta medida generó considerable descontento y protestas entre los alumnos, quienes anhelaban participar de los tradicionales festejos del UUD, un evento esperado para culminar el año lectivo.
Como resultado directo de los sucesos ocurridos el jueves 27 de noviembre, un total de 115 estudiantes fueron objeto de 20 amonestaciones cada uno. La situación se agrava para aquellos con sanciones previas, quienes deberán enfrentar la repetición de exámenes correspondientes a materias de quinto año durante los meses de febrero y marzo. Si bien la institución ha catalogado las faltas como “graves y muy graves”, haciendo hincapié en los daños a la propiedad y actos de desobediencia, un sector considerable de alumnos ha expresado sentirse tratados de forma injusta, apuntando a un posible favoritismo hacia estudiantes provenientes de familias influyentes.
Análisis Profundo del Conflicto Estudiantil
La tensión escaló cuando los padres de los alumnos se presentaron en la institución para buscar respuestas. Muchos manifestaron sorpresa al no haber sido informados previamente sobre la cancelación de la última jornada de clases y revelaron haber recibido las notificaciones de sanción a través de correo electrónico. Diversos videos que circularon públicamente evidencian daños materiales de consideración, pero también, según testimonios de varios progenitores, refuerzan la percepción de que no todos los involucrados en los hechos habrían sido debidamente sancionados.
En respuesta a la situación, la Universidad Champagnat ha difundido un comunicado detallando las medidas disciplinarias implementadas. El Consejo Escolar, por su parte, ha documentado de manera exhaustiva los daños causados en mobiliario y materiales académicos, sumando a ello actos de desobediencia e insultos, catalogados como faltas de la máxima gravedad. La resolución establece una opción para mitigar las amonestaciones, proponiendo una reducción a 14 para aquellos alumnos que completen un plan de trabajo específico entre el 12 y el 18 de diciembre. Quedan excluidos de esta medida aquellos estudiantes que ya contaran con más de cinco sanciones previas.
Este plan de recuperación académica y formativa abarca una serie de actividades prácticas. Incluirá labores de limpieza, trabajos de reparación, participación en proyectos de voluntariado, asistencia a talleres enfocados en la mejora de la convivencia y la elaboración de material educativo. Adicionalmente, se llevará a cabo un coloquio centrado en el respeto a las normas institucionales. El objetivo primordial, tal como lo ha comunicado la universidad, es fomentar un aprendizaje significativo en materia de ética y convivencia. Sin embargo, los estudiantes han manifestado su profunda preocupación por el potencial impacto de estas sanciones en sus planes académicos y trayectorias universitarias, sintiéndose desfavorecidos por la aplicación generalizada de las medidas disciplinarias.
aDB
