La temporada de fiestas decembrinas trae consigo un debate recurrente en la decoración: la oposición entre la opulencia y la sencillez. Así como en las ofrendas de Día de Muertos, este año la elección se polariza. Mientras algunos prefieren la sutileza de adornos discretos, otros abrazan la exuberancia, inundando sus espacios con colores vibrantes y el deslumbrante brillo en el adorno del abeto navideño. La filosofía de “cuanto más, mejor” se consolida como la tendencia principal para la ambientación de 2025, impulsando la elección de artículos que proyecten esta riqueza visual a través de luces centelleantes, cintas llamativas, esferas diversas y figurillas encantadoras.
El minimalismo, por otro lado, se define por la sobriedad y la selección cuidada de elementos, conservando únicamente lo esencial para la decoración de la temporada. Para muchos, esta aproximación es sinónimo de distinción y elegancia. En contraste, el maximalismo deslumbra con su riqueza visual y la audaz amalgama de elementos. Esta tendencia integra una variedad de colores, texturas y estampados, buscando la innovación sin sacrificar la armonía. Para la Navidad, esto se traduce en la reincorporación de elementos clásicos y perdurables, como los icónicos tonos rojos y dorados, revitalizados con un enfoque audaz.
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Las cintas y los lazos son un elemento decorativo atemporal que añade un toque especial a cualquier celebración. Si bien en 2024 la tendencia se inclinó hacia pequeños lazos de colores o monocromáticos que cubrían el árbol de manera sutil, para esta temporada Navideña, los listones, cintas y lazos de gran tamaño regresan con fuerza, redefiniendo la estética maximalista. La clave está en utilizarlos en materiales lujosos como el satín, el terciopelo o acabados metálicos. Al combinarlos con esferas de diversas dimensiones, se logra una sensación de plenitud y abundancia, capturando la esencia tradicional con un toque moderno.
Las luces de tonalidad cálida son un componente indispensable en cualquier decoración navideña, aportando calidez tanto en interiores como en exteriores. En el árbol de Navidad, su función es potenciar la magia y el espíritu de la temporada. Para abrazar plenamente la tendencia maximalista, considera aumentar la cantidad de luces. Opta por una combinación de tonalidades cálidas junto a adornos en colores vibrantes o en los clásicos tonos rojos y dorados. Otra opción es usar una variedad de tonalidades para crear un efecto visual impactante, evocando la ilusión de un ambiente clásico y acogedor.
Para aquellos que desean incorporar el maximalismo sin renunciar a la elegancia que a menudo se asocia con el minimalismo, la integración de elementos de la naturaleza en la ornamentación del árbol ofrece una solución perfecta. Las ramas que se extienden de forma estratégica pueden aportar un aire desenfadado y orgánico a la decoración, al tiempo que contribuyen a la opulencia característica de la tendencia de 2025. Los tonos rojizos, anaranjados o verdes variados se fusionan armoniosamente con adornos en colores como el rojo, café o cobre, creando una estética rica y sofisticada.
aDB
