Regreso a la oficina: multinacional restringe opciones de trabajo a distancia.

Ioseph
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Google, el gigante tecnológico, ha anunciado un cambio significativo en su política laboral: el fin del programa “Trabaja desde Cualquier Lugar” (WFA). Este beneficio, que permitía a los empleados laborar remotamente desde cualquier punto del planeta durante un máximo de cuatro semanas al año, será modificado drásticamente. A partir del verano de 2025, nuevas directrices restringirán este modelo, equiparando incluso un solo día de ausencia de la oficina a una semana completa de WFA. Esta decisión, que busca una mayor presencialidad, ha generado inquietud y debate entre la plantilla.


Según comunicaciones internas filtradas a CNBC, Google justifica esta medida como una necesidad para optimizar y gestionar la organización interna de forma más eficiente, abordando principalmente aspectos legales y fiscales del teletrabajo. La nueva política estipula que los días WFA solo podrán ser utilizados para viajes de trabajo o misiones temporales fuera de la sede habitual, y no para teletrabajo desde el hogar o áreas cercanas. Esta redefinición del programa representa una disminución notable de la autonomía que se consideraba un pilar de la cultura empresarial de Google.


El Futuro del Trabajo Híbrido: Google y la Tendencia hacia la Presencialidad

Aunque el modelo de trabajo híbrido de Google, que exige dos días de presencia en la oficina semanalmente, se mantiene vigente, la compañía manifiesta su intención de ejercer un mayor control operacional y fomentar una mayor cohesión en los equipos. La directiva busca clarificar normativas y asegurar su aplicación homogénea en todos los departamentos. Sin embargo, esta modificación se percibe por muchos empleados como un alejamiento de la promesa de flexibilidad laboral que Google abanderó tras la pandemia.

Esta evolución en las políticas de trabajo no es exclusiva de Google. Otras grandes empresas tecnológicas, como Amazon y Meta, también están impulsando el regreso a las oficinas. Amazon, por ejemplo, implementará en 2026 una política que requiere la asistencia de sus empleados a la oficina un mínimo de tres días por semana, mientras que algunas de sus divisiones ya transicionan hacia la presencialidad total. Ante este panorama, Google ha ofrecido planes de jubilación anticipada y ha advertido sobre posibles consecuencias, incluido el despido, para quienes no cumplan con las nuevas exigencias. Estas medidas apuntan a mejorar el aprovechamiento de los espacios físicos y a potenciar la colaboración directa, incluso si esto implica una reducción en la libertad geográfica individual.

Además, Google ha aclarado que las semanas WFA no podrán ser empleadas para trabajar desde sedes de la empresa ubicadas en otras jurisdicciones, ya sean otros países o estados. Esta restricción responde a las complejidades legales y fiscales asociadas. En caso de que un empleado se encuentre en una zona horaria distinta, se espera que adapte su jornada laboral al horario de su sede principal. Esta política subraya la prioridad de la estructura corporativa sobre la flexibilidad de ubicación geográfica.

La nueva política laboral de Google ha suscitado una fuerte controversia interna. Durante una reciente reunión, empleados expresaron su descontento, calificando la regulación como “confusa e injusta” y cuestionando la contabilización de un solo día remoto como una semana completa de WFA. John Casey, vicepresidente de rendimiento y compensaciones, aclaró que el programa “nunca fue diseñado para reemplazar el modelo híbrido”, sino como una solución temporal para casos específicos. Pese a estas explicaciones, el debate sobre el equilibrio entre el control corporativo y la autonomía del empleado sigue abierto, dejando en el aire la pregunta de si Google mantiene su imagen de pionero en el trabajo flexible.

 

OdL

aDB

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