Medidas post-retirada de huevos para prevenir la salmonela

Ioseph
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La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha emitido una alerta importante: se solicita el retiro de lotes específicos de huevos que se distribuyeron en la región de Texas. La razón principal es la preocupación por una posible contaminación con Salmonella, una bacteria patógena conocida por causar síntomas gastrointestinales severos como diarrea y vómitos.

Este incidente resalta la vital importancia de que todos los consumidores, sin importar dónde vivan, estén bien informados sobre los riesgos alimentarios. Es crucial conocer qué productos alimenticios son susceptibles a la presencia de patógenos como la Salmonella y, lo que es más importante, adoptar las medidas preventivas clave para evitar la infección y proteger su salud de las afecciones asociadas a la salmonelosis.

Expertos en seguridad alimentaria de FoodSafety, la plataforma oficial del gobierno estadounidense dedicada a la inocuidad de los alimentos, enfatizan que, a pesar de que los huevos son uno de los alimentos más valiosos nutricionalmente, pueden convertirse en un vehículo de enfermedades transmitidas por alimentos si no se manejan o preparan de manera correcta.


Fuentes de Contaminación de Huevos por Salmonella

Las aves de corral, particularmente las gallinas ponedoras, pueden ser portadoras de la bacteria Salmonella. Esta bacteria puede ser transmitida a la superficie externa de los huevos cuando las gallinas entran en contacto con sus propios excrementos durante el proceso de puesta del huevo. Es importante aclarar que la manipulación casual de los huevos en su envase en tiendas o mercados no suele ser la causa principal de contagio, ya que los huevos pasan por rigurosos procesos de limpieza y sanitización antes de llegar a los distribuidores.

No obstante, existe la posibilidad de que el microorganismo pueda infectar el interior del huevo, penetrando la membrana interna, incluso antes de que la cáscara se forme completamente en el oviducto del ave. Afortunadamente, la prevalencia de Salmonella en las poblaciones de gallinas ponedoras ha experimentado una reducción significativa en los últimos años, lo que ha mejorado la seguridad de los huevos para el consumo.

Para reducir drásticamente el riesgo de contraer enfermedades al consumir huevos, los expertos de FoodSafety recomiendan encarecidamente seguir estas prácticas esenciales:

  • Prioriza la compra de huevos únicamente en establecimientos comerciales y distribuidores confiables que garanticen el mantenimiento de la cadena de refrigeración adecuada.
  • Asegúrate de almacenar los huevos en tu refrigerador a una temperatura constante y fría, por debajo de los 4 grados Celsius.
  • Siempre debes inspeccionar y descartar cualquier huevo que muestre signos de grietas en su cáscara.
  • La regla de oro para la seguridad es cocinar los huevos completamente, asegurando que tanto la yema como la clara alcancen una consistencia firme y sólida.
  • Al preparar platos que contengan huevo junto con carne o ave, es fundamental alcanzar una temperatura interna segura de cocción.
  • Cocina los platos que combinan huevo con carne o ave hasta alcanzar una temperatura interna de 73 grados Celsius.
  • Para preparaciones de huevo que no incluyen carne ni ave, la temperatura interna recomendada es de 71 °C.
  • Cuando prepares recetas que requieran el uso de huevos crudos o poco cocidos, como algunos aderezos para ensaladas, salsas o postres como el tiramisú, opta siempre por huevos pasteurizados. Estos huevos han sido sometidos a un tratamiento térmico para eliminar cualquier bacteria.

Señales para Buscar Atención Médica por Salmonelosis

Los profesionales de la salud y los expertos en seguridad alimentaria recomiendan consultar de inmediato a un médico o profesional sanitario si experimentas alguno de los siguientes síntomas tras una posible exposición a Salmonella:

  • Diarrea que persiste de manera continua y no muestra signos de mejora después de tres días de duración.
  • Episodios de vómitos intensos que se prolongan por más de 48 horas.
  • Evidencia clara de deshidratación, como boca seca, ausencia de lágrimas o producción reducida de orina.
  • Desarrollo de fiebre alta, cuya temperatura corporal supere los 39° C.
  • La aparición de sangre visible en las heces.

OdL

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