Descubre la conmovedora historia de Leticia Castañeda, una profesional que encontró su vocación en el Panteón San José, ubicado en la alcaldía Iztacalco. Tras tres años de servicio, Leticia comparte su evolución personal y profesional en un entorno que, lejos de generarle temor, ahora le proporciona paz y serenidad.
En el Panteón San José, el manejo de emociones es una constante. Leticia explica la importancia de mantener la entereza y la compostura para ofrecer un servicio empático y profesional a las familias que atraviesan momentos difíciles. La fortaleza y el apoyo son pilares fundamentales en su labor diaria.
«Es fundamental transmitir confianza a las familias; no debemos dejarnos afectar, debemos ser firmes para ofrecerles nuestro respaldo», afirma Leticia, describiendo la profunda satisfacción de ser parte esencial en los procesos de entierro y brindar consuelo.
Un Legado de Vida: La Serenidad en Medio de la Transición
La vida de Leticia dio un giro significativo con el reciente fallecimiento de su padre, cuyos restos ahora descansan en el mismo Panteón San José donde ella ejerce su profesión. Esta cercanía física y espiritual ha fortalecido su conexión con el lugar y le ha brindado una profunda tranquilidad. El aprecio genuino que recibe de las familias que visitan a sus seres queridos en el panteón es una fuente constante de motivación.
Leticia se enorgullece de los testimonios recibidos, donde se destaca cómo la presencia femenina ha contribuido a crear un ambiente más ordenado, respetuoso y acogedor en el camposanto. Este reconocimiento valida la importancia de la diversidad y la empatía en todos los ámbitos laborales.
La experiencia de la pérdida y la labor que desempeña han llevado a Leticia a reflexionar sobre la esencia de la vida. Ahora, más que nunca, exhorta a vivir cada instante con plenitud, reconociendo la fugacidad de la existencia. Su mensaje es una poderosa invitación a apreciar los momentos, cultivar la felicidad y valorar cada instante de la vida.
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