Atención desequilibrada: se prioriza la respuesta a crisis en detrimento de la prevención.

Ioseph
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Desbalance Presupuestario en Gestión de Desastres en México: Prioridad a la Reacción sobre la Prevención

México enfrenta un desafío significativo en la gestión de riesgos y desastres naturales debido a un desequilibrio presupuestario alarmante. La tendencia actual favorece la asignación de recursos para la atención inmediata de emergencias y la reconstrucción post-desastre, relegando a un segundo plano las inversiones esenciales en estrategias de prevención. Esta dinámica, claramente visible en la respuesta a las recientes lluvias que afectaron a cinco estados, evidencia una clara preferencia por la acción reactiva en lugar de la mitigación proactiva, un enfoque que pone en riesgo la seguridad y el desarrollo sostenible del país.

Análisis Crítico del Presupuesto Federal para la Gestión de Riesgos

El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2025 presenta una asignación mínima a la protección civil, evidenciando una falta de prioridad para la prevención. Con apenas 249.7 millones de pesos destinados a la Coordinación del Sistema Nacional de Protección Civil y al Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), esta partida representa un escaso 0.003% del gasto total federal proyectado en 9.3 billones de pesos. Esta cifra contrasta drásticamente con los casi 19 mil millones de pesos destinados a fondos de atención y reconstrucción post-desastre, como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y el Fondo de Prevención de Desastres Naturales (Fopreden). La diferencia es abismal: el presupuesto para la reacción es un 7,473% mayor que el asignado a la prevención, una disparidad que pone en jaque la resiliencia del país.

Panorama Estatal: Reflejo de la Inversión en Desastres

El patrón de inversión en gestión de desastres se replica a nivel estatal, con las entidades federativas mostrando una clara inclinación hacia la respuesta inmediata. Los cinco estados más afectados por las recientes lluvias, que lamentablemente cobraron 80 vidas, ejemplifican esta tendencia. En la mayoría de estos estados, el gasto destinado a la prevención de desastres rara vez supera el 1% de su presupuesto total.

Ejemplos concretos ilustran esta problemática: Veracruz destinó 94.1 millones de pesos a Protección Civil (0.10% de su gasto total), mientras que su fondo para desastres naturales alcanzó los 104.7 millones de pesos. Hidalgo, por su parte, asignó 175 millones de pesos a prevención (0.25% de su presupuesto), pero contaba con más de 442 millones de pesos para responder a emergencias. En Puebla, la inversión en prevención fue mínima (0.013% del presupuesto estatal, es decir, 16.5 millones de pesos), a pesar de haber desembolsado ya 250 millones de pesos de su fondo de contingencias para atender las afectaciones. Estados como San Luis Potosí y Querétaro presentan escenarios similares, con partidas para protección civil que lucen insignificantes frente a sus fondos de emergencia.

La Inversión en Prevención de Desastres: Más Allá de las Cifras

La insuficiente inversión en la prevención de desastres se traduce directamente en una carencia de recursos para acciones fundamentales que fortalezcan la resiliencia de las comunidades. Entre las áreas críticas desatendidas se encuentran:

  • Desarrollo de Capacidades y Protocolos de Respuesta: La falta de presupuesto limita la capacitación continua de la población y de los equipos de emergencia, así como la actualización y mejora de protocolos de actuación ante diversos escenarios de riesgo.
  • Sistemas de Alerta Temprana y Monitoreo: La implementación y mantenimiento de tecnologías avanzadas para la detección temprana de amenazas y la emisión oportuna de alertas a la ciudadanía se ve comprometida, dejando a las comunidades más vulnerables.
  • Análisis de Riesgos y Ordenamiento Territorial: La identificación precisa de zonas de riesgo, el mapeo detallado de vulnerabilidades y la aplicación de planes de ordenamiento territorial que minimicen la exposición a desastres son aspectos que requieren inversión sostenida y que a menudo se postergan.

Las Graves Consecuencias de una Gestión Reactiva ante Desastres

La omisión de la inversión en prevención de desastres acarrea costos humanos y económicos que superan con creces los ahorros iniciales. La recurrencia de eventos catastróficos, agravada por la falta de preparación, genera un ciclo pernicioso de devastación y reconstrucción que agota los recursos públicos, perpetúa la vulnerabilidad y debilita el tejido social. Priorizar la reacción, si bien indispensable, no debe jamás eclipsar la importancia fundamental de invertir de manera proactiva en la construcción de un futuro más seguro y resiliente para todos.


Tendencia General: Inversión Prioritaria en Fondos de Emergencia para Desastres

La práctica común en la administración pública mexicana se centra en la asignación de fondos a “bolsas de emergencia” destinadas a paliar las consecuencias de desastres, en claro contraste con la inversión estratégica en medidas preventivas que mitiguen el impacto de futuros eventos.


Nivel Federal: El Desbalance Presupuestario en Prevención vs. Reacción

Inversión en Prevención:

  • Monto total para Protección Civil y Cenapred (enfoque en mitigación de riesgos): 249.7 millones de pesos.
  • Porcentaje de la asignación respecto al Gasto Total Federal (estimado en 9.3 billones de pesos): Un modesto 0.003%.

Inversión en Reacción:

  • Fondos de atención y reconstrucción (Fonden y Fopreden): Aproximadamente 19,000 millones de pesos.
  • Relación Fondo de Reacción vs. Prevención: La partida de reacción supera en un 7,473% a la destinada a la prevención.

Consecuencias Directas: El Alto Costo Humano de los Desastres Naturales

  • Lamentable saldo de fallecimientos en cinco estados afectados por lluvias (periodo del 6 al 9 de octubre): 80 personas perdieron la vida.

El Caso de Veracruz: Prevención vs. Reacción en la Gestión de Desastres

  • Presupuesto asignado a prevención (Protección Civil): 94.1 millones de pesos.
  • Recursos para reacción (Fideicomiso para desastres): 104.77 millones de pesos.

El Caso de Hidalgo: Una Brecha Significativa en la Inversión para la Prevención de Desastres

  • Presupuesto para prevención y gestión de riesgos: 175.77 millones de pesos, representando el 0.25% del presupuesto estatal.
  • Fondos disponibles para la respuesta inmediata a emergencias: Más de 442 millones de pesos.

El Caso de Puebla: Prevención Marginal y Reacción Abundante ante Desastres

  • Presupuesto destinado a prevención: 16.5 millones de pesos, equivalente al 0.013% del presupuesto estatal.
  • Fondo Estatal de Contingencias para Reconstrucción y Atención Inmediata: 250 millones de pesos, suma que ya ha sido utilizada.

El Caso de la CDMX: Inversión en Prevención de Desastres y Amplia Partida para Fondos de Emergencia

  • Presupuesto para prevención (Secretaría de Gestión Integral de Riesgos): 141 millones de pesos.
  • Partida presupuestaria etiquetada como “Desastres naturales” para respuesta: 2,597.7 millones de pesos.

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