La Unión Europea responde a las políticas comerciales restrictivas de la administración Trump con nuevas medidas de protección para sus industrias. La Comisión Europea, a través de su vicepresidente Stéphane Sejourne, ha propuesto un ambicioso plan para salvaguardar el sector siderúrgico europeo, clave para la reindustrialización del continente.
La propuesta central incluye la implementación de un **gravamen del 50% sobre el acero importado** de países fuera de la UE. Esta medida busca equiparar las condiciones de mercado y proteger a los productores locales de la competencia desleal y el exceso de oferta.
Además de las nuevas tarifas, se plantea una **reducción a la mitad de la cuota máxima de importación de acero** permitida para las empresas europeas. El objetivo es claro: fortalecer la producción nacional y asegurar la sostenibilidad de las fundiciones de acero europeas, protegiendo así miles de empleos.
“Para proteger nuestras fundiciones de acero europeas y salvaguardar los empleos, reducimos a la mitad la cuota de acero importado y duplicamos los gravámenes, de 25 al 50 por ciento. Esto constituye la nueva medida de protección para el acero. Es la reindustrialización de Europa”, declaró.
Preocupación por el exceso de acero chino y la volatilidad del mercado
Expertos económicos señalan que esta estrategia europea surge como respuesta directa a las **políticas arancelarias de Estados Unidos** sobre el acero extranjero. La imposición de un impuesto del 50% por parte de EE. UU. ha desviado flujos de exportación, afectando especialmente a países como India, Vietnam y China.
La principal preocupación radica en el **excedente de acero proveniente de China**, el mayor productor mundial. Los fabricantes europeos temen que los productores chinos busquen redirigir sus exportaciones hacia el mercado de la UE, generando una saturación y un considerable riesgo para la estabilidad financiera de la industria local. Esta situación podría desestabilizar el **mercado del acero** a nivel global.
Adicionalmente, la adopción de estas tarifas podría ser vista por la administración Trump como un gesto positivo en la **disputa comercial con China**, potencialmente facilitando negociaciones y acuerdos comerciales más favorables para Estados Unidos. La estrategia de la UE busca, por un lado, defender su industria y, por otro, influir en el panorama comercial internacional.
Sin embargo, analistas del **Deutsche Bank** han emitido una advertencia. La aprobación de estas medidas de protección podría sentar un precedente para la imposición de tarifas adicionales en otros sectores, lo que, a su vez, podría **incrementar significativamente la inflación** dentro de la Unión Europea, afectando tanto a empresas como a consumidores.
aDB


