El ISSSTE conmemora el 3 de octubre con una referencia a “Mean Girls” para ilustrar el concepto del “Burn Book”.

Ioseph
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El 3 de octubre marca un día especial para los aficionados de la icónica película “Chicas Pesadas” (Mean Girls), celebrando su 21 aniversario. La elección de esta fecha se debe a una escena clave en la trama, donde Cady, interpretada por Lindsay Lohan, experimenta su primer acercamiento con el joven que le atrae.

Aunque esta interacción inicial no garantiza un interés mutuo, sí es un punto de inflexión dentro de la narrativa de esta aclamada comedia romántica, centrándose en la curiosidad del chico sobre la fecha en cuestión.

Como parte de esta celebración anual, los seguidores de la saga a menudo visten de rosa, emulando el código de vestimenta de las protagonistas en la película, quienes lo hacían cada miércoles. “Chicas Pesadas” ha dejado una huella imborrable en la cultura popular, generando innumerables memes y, por supuesto, el legendario “Libro del Mal” o “Burn Book”.

Descifrando el Burn Book de “Chicas Pesadas”: El Libro del Mal

Este famoso cuaderno rosa era el repositorio de rumores y chismes destinados a difamar a los alumnos del North Shore High School, bajo el oscuro control de Regina George (Rachel McAdams). Su propósito principal era difundir falsedades y difamaciones para causar daño y perjudicar a otros.

Sin embargo, no toda la comunicación de información sobre terceros es intrínsecamente negativa. El ISSSTE, en un enfoque inesperado, destaca una forma constructiva de compartir información que no solo fomenta la conexión social, sino que también puede potenciar nuestras capacidades intelectuales.

Coincidiendo con el Mean Girls Day, la institución de salud, a través de sus canales digitales, ha puesto de relieve los beneficios de los “buenos chismes”. Estos revelan beneficios cognitivos, ya que al aprender de las experiencias ajenas, extraemos lecciones valiosas. Además, actúan como un potente estímulo para la memoria, requiriendo concentración y retención para su correcta transmisión.

Igualmente, estos “buenos chismes” ofrecen beneficios emocionales. Facilitan el desarrollo de la empatía, permitiéndonos comprender las emociones de los demás a través de sus vivencias, y contribuyen a la reducción del estrés. La risa compartida al escuchar una anécdota amena puede ser un gran liberador de tensiones.

Otras ventajas señaladas por la entidad incluyen aspectos prácticos como el aprendizaje de errores ajenos, lo que nos ayuda a evitar caer en trampas similares, y la adquisición de una perspectiva más profunda al comprender las dinámicas sociales de un grupo.

El ISSSTE propone una serie de directrices claras para practicar un “Chisme Constructivo”. Según esta perspectiva, los chismes utilizados de forma positiva sirven para conectar personas, entretener y transmitir lecciones valiosas, siempre y cuando no causen daño a nadie.

Es fundamental evitar compartir un chisme si este tiene el potencial de herir a alguien o si se trata de un simple rumor sin fundamento. La empatía debe ser una guía constante al compartir información, considerando siempre la perspectiva y los sentimientos de la persona involucrada. Si el chisme aporta algún aprendizaje útil, su valor se multiplica. Se desaconseja la repetición innecesaria y, en general, se insta a no inmiscuirse en la vida privada de otros con intenciones maliciosas.

La publicación del ISSSTE detalla indicadores clave para identificar y eludir los chismes perjudiciales. Estos se caracterizan por incluir invenciones o distorsiones de la realidad, ser utilizados con el propósito de dañar, juzgar o humillar, generar disputas, altercados o discriminación, y vulnerar la confidencialidad de las personas involucradas.

Burn Book vs. Chismografo: Similitudes y Diferencias

Mientras que el Burn Book es un elemento icónico de “Chicas Pesadas”, en México existe una tradición cultural similar con una larga historia: el chismografo. Tradicionalmente, este era un cuaderno especial y decorado que contenía una serie de preguntas íntimas, invitando a revelar secretos personales, y que circulaba entre compañeros de clase.

Al ser compartido, el chismografo permitía a los estudiantes conocer mejor a sus compañeros, sus gustos, intereses y algunos de sus secretos. Un ejemplo trágico, comparable al impacto del Burn Book, ocurrió en 2019. En la Creston Community High School, 27 estudiantes fueron víctimas de acoso escolar debido a falsedades y rumores malintencionados propagados a través de un cuaderno similar.

Fue una madre preocupada quien descubrió el cuaderno y lo entregó a las autoridades, evidenciando el peligro de la desinformación y el acoso.

OdL

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