La Orquesta del Teatro de Bellas Artes (OTBA), bajo la dirección del maestro Gabriel Haydn, se une a la prestigiosa Compañía Nacional de Danza (CND) para el esperadísimo reestreno de “El lago de los cisnes”. Dos funciones únicas tendrán lugar el 11 de octubre en el majestuoso Auditorio Nacional. Más allá de ser una representación tradicional, esta producción ofrece una visión vanguardista del célebre ballet, desafiando los límites físicos y emocionales de los intérpretes. Bailarines como Ana Elisa Mena, Alejandro Hidalgo, Greta Elizondo y Argenis Montalvo destacan que esta puesta en escena redefine la experiencia del ballet clásico. Una de las innovaciones más notables es la audaz decisión de que una sola bailarina encarne los complejos roles duales de Odette y Odile. Este reto recae en la excepcional Ana Elisa Mena, quien demuestra una técnica depurada y una profunda expresividad. “Este contraste va mucho más allá de lo técnico; es profundamente emocional”, comparte Mena. “Requiere una fortaleza inmensa, pero también una gran vulnerabilidad”.
“El lago de los cisnes”, una obra maestra del repertorio de ballet desde el siglo XIX, ha cautivado al público mexicano en innumerables ocasiones. Su historia se ha desplegado en escenarios tan diversos como el Bosque de Chapultepec y el emblemático Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, el Auditorio Nacional aporta una escala y una energía sin precedentes. “Es un espacio inmenso y vibrante que te exige dar un esfuerzo extra”, comenta la solista Greta Elizondo. “No se trata solo de bailar, sino de llenar con tu presencia y tu interpretación un recinto para diez mil personas”. Añade: “Puede sentirse distante y sombrío, pero a la vez posee una grandiosidad épica. La conexión con el público se vuelve mágica si logras alcanzarla”.
Esta producción pone el foco en la esencia, dejando de lado proyecciones elaboradas o efectos escénicos superfluos. La narrativa se construye a través del movimiento del cuerpo, la potencia de la música y las emociones que conectan directamente con la audiencia. El primer bailarín Argenis Montalvo subraya la importancia de la conexión emocional: “Lo fundamental es que el público se sumerja en la experiencia. No es necesario ser un experto en ballet; basta con dejarse conmover”.
Bajo la brillante dirección coreográfica de Cuauhtémoc Nájera, esta reinterpretación se nutre de los cimientos establecidos por los maestros Marius Petipa y Lev Ivanov, pero los traslada a una sensibilidad contemporánea, explorando la condición humana con mayor profundidad. Alejandro Hidalgo, también primer bailarín de la CND, explica esta evolución: “El príncipe ya no es una figura idealizada e inalcanzable. Se presenta como un ser humano, con sus propias debilidades”. Continúa: “La obra trasciende el mero cuento de hadas para adentrarse en una realidad trágica, muy cercana a la que experimentamos en nuestro día a día”. Incluso el antagonista, Von Rothbart, adquiere nuevas dimensiones. “Su maldad surge de una profunda decepción amorosa. ¿Quién de nosotros no ha experimentado algo similar?”, reflexiona Montalvo con una sonrisa.
“A pesar de ser el escenario más desafiante en el que he actuado, es también el más impactante por la magnitud de la audiencia presente”, confiesa Ana Elisa Mena. Greta Elizondo concluye: “Incluso si has visto ‘El lago de los cisnes’ en incontables ocasiones, esta versión te impactará de manera diferente. Los matices cambian según quién interprete los roles, la energía del bailarín y el momento en que se presenta la función”.
Detalles Clave de la Producción:
- Más de 200 artistas dan vida a esta producción, incluyendo bailarines de primer nivel, músicos talentosos, diseñadores de vestuario y un equipo técnico dedicado.
- Una oportunidad única: las funciones se llevarán a cabo exclusivamente el 11 de octubre, con horarios a las 12:30 y 19:00 horas.
- La magia visual está garantizada gracias a la talentosa labor de Mireya Rodríguez y Miguel Garaventa, responsables de la escenografía y el vestuario.
aDB
