La creciente tensión en la región del Caribe se ve acentuada por una reciente operación antidrogas orquestada por Estados Unidos. Bajo la denominación de Operación Lanza del Sur, la vigésimo primera intervención de este tipo ha resultado en el fallecimiento de tres individuos presuntamente vinculados al narcotráfico, elevando a 83 el número total de bajas en estas acciones militares.
El Comando Sur de EE. UU. informó que el objetivo fue una embarcación interceptada en una ruta clave para el tráfico ilícito de drogas, específicamente en aguas internacionales del Pacífico Oriental. Este aumento de operaciones militares coincide estratégicamente con la llegada al Caribe del portaaviones USS Gerald R. Ford, la nave más avanzada de la Marina estadounidense.
Este imponente despliegue, que incluye destructores, flotas de combate y sofisticado armamento misilístico, representa uno de los movimientos militares más significativos en la zona en décadas. La presencia del portaaviones ha generado especulaciones y preguntas sobre las verdaderas motivaciones de la administración en relación con Venezuela.
Operaciones Antinarcóticos de EE. UU. en Aguas Internacionales
El grupo naval estadounidense transitó por el paso de Anegada, cerca de las Islas Vírgenes Británicas, reforzando la presencia militar de EE. UU. en el área. El contraalmirante Paul Lanzilotta destacó que el propósito de estas fuerzas es garantizar la seguridad y el bienestar del hemisferio occidental frente a la amenaza del narcotráfico.
Por su parte, el almirante Alvin Holsey, responsable de las operaciones en el Caribe y Latinoamérica, subrayó que las fuerzas desplegadas están plenamente preparadas para abordar desafíos transnacionales, calificando este movimiento como crucial para la estabilidad regional.
Despliegue Estratégico de Fuerzas de EE. UU. Cerca de Venezuela
En paralelo, en Trinidad y Tobago, una ubicación geográfica estratégica cercana a Venezuela, se están llevando a cabo maniobras conjuntas entre las fuerzas locales y el contingente estadounidense. Estas actividades, las segundas en menos de un mes según fuentes trinitarias, tienen como objetivo principal combatir la delincuencia y el uso recurrente del territorio como ruta para el trasiego de drogas hacia Norteamérica y Europa.
Sin embargo, la situación está marcada por evidentes tensiones diplomáticas. Venezuela ha condenado estas operaciones como actos de agresión, acusando a Estados Unidos de fabricar un pretexto bélico. El presidente Maduro, quien enfrenta serias acusaciones de narcoterrorismo en cortes estadounidenses, ha afirmado la determinación del pueblo venezolano para defender su soberanía nacional.
LA
aDB
