Una tragedia en una fábrica pirotécnica ha sacudido el sur de Pakistán, específicamente en la localidad de Hyderabad, provincia de Sindh. El pasado sábado 15 de noviembre, una violenta explosión en una instalación dedicada a la manufactura de artículos explosivos cobró la vida de al menos cuatro personas y dejó a once heridos. El incidente, que generó impresionantes columnas de humo visibles a kilómetros, ha puesto el foco en la seguridad de estas industrias.
Imágenes compartidas en redes sociales evidenciaron la magnitud del siniestro, mostrando el colapso de la estructura donde se producían los artefactos pirotécnicos. El máximo representante de la policía local, Adeel Chandio, confirmó que los equipos de emergencia actuaron con celeridad para trasladar a las víctimas al hospital más cercano, tanto a los fallecidos como a los lesionados. Hasta el momento, las autoridades no han podido determinar las causas exactas de la detonación.
La gravedad del suceso ha motivado una investigación exhaustiva por parte del gobierno de Sindh. Se buscará esclarecer si la fábrica operaba bajo los permisos correspondientes y, de ser así, si se cumplían rigurosamente los protocolos de seguridad en la producción de pirotecnia. La seguridad en estas instalaciones es un tema de vital importancia, dada la naturaleza de los materiales manipulados.
Lamentablemente, los incidentes en fábricas de fuegos artificiales no son infrecuentes en Pakistán. Solo en agosto pasado, una devastadora explosión en un depósito de artículos pirotécnicos en Karachi, la principal metrópoli costera del sur del país, dejó un saldo de cinco personas fallecidas. Estos sucesos subrayan la necesidad imperante de reforzar las medidas de seguridad y supervisión en la industria pirotécnica.
aDB
