Debilitamiento de corriente oceánica cinco veces más potente que la del Golfo amenaza con graves consecuencias.

Ioseph
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Descubre la Corriente Circumpolar Antártica (CCA), un colosal río oceánico que rodea por completo el continente helado. Este sistema acuático, cien veces más caudaloso que el Amazonas y cinco veces más potente que la Corriente del Golfo, actúa como un vital regulador del clima global. La CCA es fundamental para la distribución de agua, nutrientes y carbono entre los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, siendo un pilar en el equilibrio térmico de nuestro planeta.


Investigaciones recientes de la prestigiosa Universidad de Bonn arrojan una preocupante conclusión: esta corriente esencial está mostrando signos de debilitamiento. El análisis de núcleos de sedimentos marinos extraídos del Mar de Escocia revela que la velocidad actual de la CCA es notablemente inferior a la registrada hace 130.000 años, durante un periodo interglacial previo. Esta ralentización del flujo oceánico podría desencadenar una serie de efectos dominó en el clima mundial, afectando la moderación de las temperaturas y la transferencia de calor entre hemisferios.


EL FUTURO DEL CLIMA GLOBAL ESTÁ VINCULADO A LA CCA

El Dr. Michael Weber, líder del estudio, señala una tendencia decreciente en la velocidad de la corriente a lo largo de los milenios. Por su parte, el Dr. Bishakhdatta Gayen de la Universidad de Melbourne advierte sobre las graves consecuencias que podría acarrear un fallo en este “motor” oceánico. Entre ellas, se incluyen una mayor inestabilidad climática, un incremento en la frecuencia de eventos meteorológicos extremos y una reducida capacidad del océano para absorber dióxido de carbono, lo que agravaría el calentamiento global.

Los modelos predictivos desarrollados en Melbourne proyectan un escenario aún más alarmante: si las temperaturas siguen en aumento, la CCA podría experimentar una disminución de hasta el 20% en su caudal para el año 2050. Este debilitamiento tendría un impacto directo en la circulación de aguas cálidas y frías a nivel planetario, alterando significativamente los patrones de precipitación, el nivel del mar y la resiliencia de los ecosistemas marinos.

Ante esta crítica situación, los científicos enfatizan la necesidad imperante de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger la salud de nuestros océanos. La Corriente Circumpolar Antártica no solo es crucial para la estabilidad térmica del planeta, sino que también funciona como uno de los sumideros de carbono más importantes. Su deterioro podría significar un punto de inflexión irreversible en la crisis climática actual.

OdL

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