En un impactante suceso que ha conmocionado a Wisconsin, EE.UU., cuatro individuos enfrentan serios cargos por negligencia prolongada y abuso infantil. Las fianzas impuestas, que superan los 100,000 dólares, reflejan la gravedad del caso tras el rescate de una adolescente cuyo peso era alarmantemente bajo: tan solo 15.87 kilos, un peso comparable al de una niña de seis años.
La joven, víctima de lo que las autoridades describen como años de confinamiento, maltrato físico y privación de alimentos, se encontraba en un estado de inanición extrema. Una fiscal del condado de Outagamie describió su condición como la de un “esqueleto”, evidenciando la severidad del maltrato infantil sufrido a manos de su propia familia.
El desgarrador caso salió a la luz el pasado 21 de agosto. Walter Goodman, de 47 años, padre de la víctima, alertó a los servicios de emergencia, informando que su hija se encontraba inconsciente y en estado de coma tras supuestamente dejar de comer durante varios días, alegando un trastorno autista.
Sin embargo, al llegar los equipos de emergencia al precario domicilio familiar en Oneida, la adolescente se encontraba al borde de la muerte. Fue trasladada de urgencia a un hospital, donde los facultativos confirmaron su crítico estado. Sufrió falla multiorgánica, serias complicaciones cardíacas, inflamación pancreática, daño hepático severo y una desnutrición extrema resultado directo de la negligencia.

Abuso Infantil y Negligencia Familiar: Un Caso de Extrema Desnutrición
Las investigaciones revelaron una cruda disparidad entre la condición de la joven y la de sus familiares, quienes fueron descritos por los investigadores como gravemente obesos. La pesquisa desveló comunicaciones y testimonios que señalaban la implicación directa de Walter Goodman, su esposa Melissa (51 años), y otros dos familiares: Savanna (29) y Kayla (28).
Las acusaciones detallan actos de violencia física y trato inhumano. Un mensaje reveló cómo uno de los acusados confesó haber agredido a la menor con un cinturón por consumir una pequeña porción de comida extra. En otra comunicación escalofriante, la madrastra expresó su deseo de que la joven “desapareciera”, sugiriendo abandonarla a su suerte.

“Si no se comporta, no comerá hoy”
La adolescente vivía en un estado de confinamiento total, sin acceso a comodidades básicas ni al exterior. Se le prohibía salir, jugar o tener cualquier tipo de interacción social. La restricción severa de líquidos y alimentos se utilizaba sistemáticamente como método de castigo, explicando así su extrema debilidad y estado de salud al momento de su rescate.
Recuperación y Nuevos Horizontes: La Reconstrucción de una Vida
Tras semanas de intensos cuidados médicos y una ardua recuperación, la joven ha logrado superar la grave crisis de salud. Actualmente, se encuentra bajo la protección y el cuidado de una nueva familia adoptiva. El personal médico del hospital ha desmentido rotundamente la versión inicial del padre, confirmando que la adolescente comía sin problemas, pero manifestaba un profundo temor a ser castigada si lo hacía.
LA
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