Cuando evocamos a las grandes figuras del cine y la televisión, es fácil pensar en los protagonistas. Sin embargo, el talento detrás de cámaras y en roles secundarios es igualmente vital. Hoy, rendimos homenaje a Emma Roldán, una actriz cuya extensa carrera en innumerables producciones, aunque nunca en el rol estelar principal, dejó una marca indeleble.
La prolífica vida profesional de Emma Roldán culminó de manera abrupta y trágica. Su fallecimiento ocurrió en 1978, durante el rodaje de una de sus últimas participaciones, a causa de un repentino infarto. Un final inesperado para una artista siempre entregada a su pasión.
El Inesperado Fallecimiento de Emma Roldán: Un Adiós en Plena Actuación
El último capítulo de la carrera de Emma Roldán se escribió mientras participaba en la exitosa telenovela “Viviana”, protagonizada por figuras como Lucía Méndez y Juan Ferrara. En esta producción, Roldán interpretaba a Matilde, un personaje entrañable que rápidamente conquistó el corazón del público. Trágicamente, fue en medio de la filmación de esta serie cuando la actriz sufrió un fatal ataque cardíaco.
La fecha exacta de su partida fue el 29 de agosto de 1978. Emma Roldán, a sus 82 años, se encontraba en plena actividad profesional, lo que hizo que su fallecimiento en el set de rodaje de “Viviana”, mientras encarnaba a su personaje “Matilde”, fuera un golpe devastador para sus compañeros y admiradores. Su partida, mientras realizaba lo que más amaba, la actuación, conmocionó a la industria.
Ante esta irreparable pérdida, la producción de “Viviana” tuvo que tomar la difícil decisión de reemplazarla. La actriz Lili Inclán asumió el papel de “Matilde”, intentando llenar el vacío dejado por Emma. Sin embargo, el impacto emocional de su ausencia trascendió la pantalla, dejando un hueco difícil de suplir.
Emma Roldán: Legado de una Leyenda de la Actuación Mexicana
María Blasa Emma Roldan Reyna, artísticamente conocida como Emma Roldán, nació en San Luis Potosí el 3 de febrero de 1890. Su vida estuvo marcada por la resiliencia y una profunda vocación actoral. Tras un divorcio, encontró su camino en la compañía teatral Esperanza, iniciando como bailarina, un primer paso que la condujo al descubrimiento de su verdadera pasión.
Con el tiempo, Emma Roldán se consolidó como una de las actrices de reparto más queridas y respetadas del Cine de Oro mexicano. Su talento no residía en acaparar los focos, sino en su magistral capacidad para dar vida a personajes memorables con una naturalidad excepcional. Ya fuera interpretando mujeres ambiciosas, antagonistas de carácter, vecinas chismosas, abuelas fuertes o consejeras sabias, Emma brillaba en cada escena. Su versatilidad le permitió participar en un número asombroso de producciones, con estimaciones que varían entre más de 200 y hasta 300 películas.
Aunque muchos la recuerdan por sus icónicas intervenciones en películas mexicanas, su carrera tuvo inicios internacionales. Debutó en el cine en 1922 con la película María, filmada en Colombia. Posteriormente, colaboró en producciones de Hollywood, lo que amplió su experiencia y le otorgó reconocimiento global. Fue en 1931 cuando filmó “El anónimo” en México, marcando el inicio de una prolífica filmografía que la consagraría en la historia del cine nacional.
A lo largo de su extensa carrera, compartió escena con las grandes luminarias del cine mexicano, incluyendo a Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix, Dolores del Río, Fernando Soler y Tito Guízar, entre muchas otras leyendas. Su legado cinematográfico incluye títulos tan emblemáticos como Allá en el rancho grande, Soy charro de levita, Cárcel de mujeres, Los hijos de María Morales, La cucaracha y La pasión según Berenice.
aDB
