El Festival Internacional Cervantino, en su edición número 53, inició con la participación destacada de Veracruz y el Reino Unido. La ceremonia inaugural, celebrada en la abarrotada explanada de la Alhóndiga de Granaditas, estuvo marcada por emotivas expresiones de solidaridad hacia los afectados por desastres naturales en Veracruz, sentidas dedicatorias a las madres buscadoras y una vibrante atmósfera festiva propia de la región jarocha.
La fusión de arpas, marimbas y guitarras, junto al enérgico zapateado y la destreza en el verso improvisado, cautivaron a la audiencia presente en el “Fandango monumental: Fiesta de son y raíz”. Este espectáculo contó con la colaboración de más de cien artistas de diversas partes de Veracruz.
Subieron al escenario agrupaciones como Mono Blanco de Gilberto Gutiérrez Silva, Caña Dulce Caña Brava de Adriana Cao Romero Alcalá, Son de Madera de Ramón Gutiérrez Silva, el Ensamble de Arpas Andrés Huesca dirigido por Carlos Barradas Reali, y el de Percusiones de Xalapa bajo la batuta de Carlos René Pérez.

También se unieron al festejo el Trío Guardianes de la Huasteca, los Cantores del Son, el Ensamble Tradicional Comunitario de Son Jarocho, el Ensamble Tradicional Comunitario de Son Huasteco “Kuitól Tének” y el Ensamble Tradicional Comunitario de Son Huasteco “Cántaros de Sol”, quienes evocaron las raíces indígenas y africanas de esta importante región mexicana.
La versadora Evelin expresó su afecto por Guanajuato con versos que decían: “Guanajuato, me embeleso en tus calles y legados. Mi corazón lo he dejado en el Callejón del Beso. Guanajuato te confieso mi amor en esta ocasión, y aunque extraño el malecón del puerto, el mar y su brisa, quiero recorrer sin prisa Salvatierra y Comonfort”.
Por parte de Caña Dulce y Caña Brava, se elevó un emotivo mensaje para las madres que buscan a sus seres queridos desaparecidos: “Estás ofrendas sonoras sean homenaje entrañable a la labor incansable de las madres buscadoras, las que les cuentan las horas de una vida que no es vida, buscando la fe perdida entre el polvo y el sudor, desenterrando el dolor de ausencias sin despedida. Que este son sea una caricia y nuestros versos abrazos”, manifestó la artista.

Anteriormente, Veracruz ya había exhibido su riqueza cultural en un espacio dedicado en la capital guanajuatense, que permanecerá activo durante 17 días. Este recinto, ubicado en el Jardín San Pedro de San Javier, incluye un mercado donde se ofrecen productos típicos de la entidad, como café, licores de guanábana y cacahuate, mole de Xico, panadería de Papantla, y diversas artesanías elaboradas con estambre, madera, barro y otros materiales.
La participación del Reino Unido se dio en la segunda jornada del festival. Si bien la nación invitada no dispuso de una sede fija, su potencial artístico se manifestó en el escenario principal del Cervantino con la actuación de Sam Eastmond y un conjunto de doce músicos, quienes interpretaron las “Bagatelas” de John Zorn. Previamente, Eastmond había elogiado a Zorn, describiéndolo como “el mejor compositor del siglo XX, del XXI y quizás del XXII, capaz de hablar todos los lenguajes musicales”.
Eastmond recordó que Zorn ya había asegurado su lugar en la música contemporánea con su proyecto Masada. La conexión con las “Bagatelas” surgió durante su aislamiento por la pandemia, momento en que leyó las composiciones y comenzó a imaginar a los músicos adecuados para interpretar alguna de las 300 piezas breves de Zorn. En su concierto, Eastmond y su grupo seleccionaron algunas de estas obras, transitando entre la improvisación y la composición del músico neoyorquino, que sirvió como “semilla”.

El Reino Unido también tuvo la oportunidad de presentar el virtuosismo de la London Sinfonietta, ofreciendo un repertorio de música contemporánea que incluyó obras de Conlon Nancarrow, Silvestre Revueltas, Gabriela Ortiz y Arturo Fuentes. Este último fue comisionado para crear una pieza inspirada en el sonido microtonal de Julián Carrillo. Asimismo, en el marco del FIC, comenzaron las presentaciones de la ópera performance “Sun & Sea” de las artistas lituanas Rugilé Barzdziukaipé y Lina Lapelyté.
Durante la ceremonia de apertura del Cervantino, se otorgó de manera póstuma la Presea Cervantina al periodista Huemanzin Rodríguez y a la actriz y dramaturga indígena Petrona de la Cruz, en reconocimiento a su valiosa contribución a las artes escénicas de las culturas originarias.

