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Una mirada fresca a El lago de los cisnes

IOSEPHUS
4 Lectura mins.

La Compañía Nacional de Danza (CND) presentará una nueva interpretación de El lago de los cisnes, con acompañamiento musical en vivo de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes (OTBA), bajo la batuta del maestro Gabriel Haydn. La puesta tendrá lugar el 11 de octubre en el Auditorio Nacional, con dos representaciones. Sin embargo, esta no es una adaptación convencional del renombrado ballet. Los bailarines Ana Elisa Mena, Alejandro Hidalgo, Greta Elizondo y Argenis Montalvo coinciden en que esta propuesta escénica introduce una perspectiva innovadora que desafía tanto la habilidad física como la profundidad emocional. Una de las modificaciones centrales de esta versión es que una única bailarina asumirá los dos roles principales, Odette y Odile. Esta decisión, según la primera bailarina Ana Elisa Mena, subraya no solo la destreza técnica sino también la madurez emocional requerida: “No se trata solo de un contraste técnico, sino emocional. Es necesaria la fortaleza, pero también la fragilidad”, comentó durante la presentación a la prensa.

Esta obra, pilar del repertorio clásico desde el siglo XIX, ha sido objeto de múltiples adaptaciones en México, desde presentaciones al aire libre en el Bosque de Chapultepec hasta montajes más recogidos en el Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, la elección del Auditorio Nacional, de acuerdo con los artistas, introduce un nuevo nivel de exigencia. “Es un espacio inmenso, vibrante. Requiere un esfuerzo duplicado, pues no solo se trata de bailar, sino de llenar un recinto con diez mil espectadores con el propio cuerpo y la interpretación”, expresó la solista Greta Elizondo. “Puede sentirse distante y sombrío, pero también genera una atmósfera épica. Lograr la conexión con el público es una experiencia mágica”.

En lugar de depender de proyecciones o efectos visuales elaborados, la producción se enfoca en la esencia: el cuerpo como vehículo principal de la narrativa, la música como motor y las emociones como nexo con la audiencia. “El objetivo es que el público se deje llevar por la experiencia. No es necesario ser un conocedor de ballet; basta con sentirlo”, enfatizó el primer bailarín Argenis Montalvo.

La coreografía, bajo la dirección de Cuauhtémoc Nájera, reinterpreta los fundamentos establecidos por Marius Petipa y Lev Ivanov, dotándolos de una sensibilidad más contemporánea y humana. “El príncipe ya no es una figura idealizada, sino un personaje anclado en su propia humanidad y sus fallos”, detalló Alejandro Hidalgo, también primer bailarín de la CND. “Esto la convierte en algo más que un cuento de hadas; es una reflexión sobre la tragedia humana, la que vivimos a diario”. Incluso el antagonista, Von Rothbart, adquiere una nueva dimensión: “Su maldad surge de un desengaño amoroso, una experiencia universal”, añadió Montalvo con una sonrisa.

“Este es el escenario más desafiante en el que he actuado, pero a la vez, el más impresionante por la multitud que congrega”, reconoció Mena. “Aunque uno haya visto El lago en innumerables ocasiones, esta versión resonará de una manera diferente. Los matices cambian de acuerdo a quién la interpreta, cómo se siente y el contexto del momento”, concluyó Greta Elizondo.

DETALLES DE LA PRODUCCIÓN:

  • Más de 200 artistas participan en esta producción, incluyendo bailarines, músicos, diseñadores de vestuario y personal técnico.
  • Se presentará únicamente el 11 de octubre en dos funciones: a las 12:30 y 19:00 horas.
  • La escenografía y el vestuario son obra de Mireya Rodríguez y Miguel Garaventa.

OdL

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