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Repostería artesanal protege autenticidad de pan de muerto frente a incremento de precios

IOSEPHUS
7 Lectura mins.

La dedicación de la familia González Ibarra al oficio de la panadería es evidente, y su compromiso se mantiene firme a pesar de las adversidades económicas. Cada año, deben hacer frente al encarecimiento de los insumos para la elaboración del clásico pan de muerto, lo que les obliga a ajustar sus precios. Sin embargo, permanecen inquebrantables en la preparación que su padre les legó.

Para los hermanos Don Mario, Jaime y Gustavo, con sesenta años de experiencia en la panadería, el incremento en los costos genera inquietud a medida que se acerca el Día de Muertos. Estas alzas impactan de manera significativa a los propietarios de pequeños establecimientos de panadería como el suyo, ubicado en Iztacalco, Ciudad de México, donde operan como panaderos independientes.


Los hermanos expresaron su preocupación por el aumento en el costo de materias primas como el huevo y la manteca, que son fundamentales en la elaboración del pan de muerto. Aunque podrían optar por alternativas más económicas, ellos prefieren honrar la tradición transmitida por Pepe, su padre, quien les inició en el oficio hace seis décadas.

“Los mayores incrementos se han dado en el huevo y la manteca”, comentó don Mario González Ibarra, visiblemente cansado.


Don Mario compartió con El Heraldo de México que hace aproximadamente cinco años, el precio del pan era considerablemente inferior, sin contar el alza en el costo del gas. A pesar de que la rentabilidad es menor, la familia González Ibarra se rehúsa a comprometer la calidad de su emblemático pan de muerto.

“Respetamos las recetas originales”, afirmó Jaime González Ibarra. “No nos interesa producir pan industrializado para maximizar ganancias, algo que sí hacen otras panificadoras.”


Esta adhesión a la tradición es su distintivo. Su sugerencia a los consumidores es que apoyen la economía local, favoreciendo a las panaderías de barrio. Los hermanos Ibarra sostienen que la calidad de los negocios locales supera a la de las grandes cadenas de supermercados.

“Es preferible comprar en panaderías pequeñas y no en las grandes, que suelen usar ingredientes de menor calidad”. Ellos, por ejemplo, utilizan exclusivamente manteca, nunca margarina, a pesar de ser más económica.


El pan de muerto experimenta un alza de hasta el 25% este año

Según información proporcionada por la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, Pastelera y Similares de México (CANAINPA), el pan de muerto tiene un precio aproximado de 220 pesos por kilogramo, lo que representa un incremento del 12% al 25% en comparación con el año anterior. A pesar de los esfuerzos de los panaderos artesanales por mantener vivas las tradiciones de este platillo del Día de Muertos, se enfrentan a un panorama desafiante.

El costo del pan de muerto varía según la ubicación. En panaderías artesanales, el precio promedio de una pieza de tamaño estándar oscila entre 25 y 50 pesos. En negocios más pequeños, el precio se sitúa entre 18 y 23 pesos. El valor tiende a aumentar en función del sabor, el relleno o la decoración, así como del tamaño.


A pesar del aumento, los panaderos afirman que el negocio sigue siendo rentable. La CANAINPA estimó que para este año se proyecta una generación de ingresos de alrededor de mil millones de pesos gracias a las festividades del Día de Muertos, lo que demuestra la vitalidad de la tradición y su capacidad para generar empleo. La industria panificadora genera cerca de 530 mil puestos de trabajo directos y miles más indirectos en todo el país, beneficiando a numerosas familias mexicanas.

¿Caro o barato? La percepción de los mexicanos sobre el coste del pan de muerto este año.

La opinión de los consumidores mexicanos sobre el precio del pan de muerto en este 2025 es, sin duda, de gran relevancia. El costo de este año refleja la variedad de precios en el mercado, pero en general, se percibe un aumento considerable debido a la inflación.


Los consumidores son los primeros en notar esta subida de precios y se ven en la necesidad de planificar sus compras con mayor detalle o buscar alternativas más accesibles. Si bien los consumidores valoran la calidad y la receta tradicional, el precio es un factor que influye en su decisión de gasto.

“Estoy dispuesta a pagar lo que sea justo por un pan de buen sabor, pero este año, por el aumento de precios, no sé si cambiaron ingredientes, porque no he encontrado un pan tan rico como otros años. Creo que lo justo es cobrar de acuerdo a lo que se ofrece”, comentó Elizabeth Paniagua, quien compra pan de muerto anualmente.

“Considero que el precio del pan de muerto está ligado a los gastos de cada persona, ya que no es lo mismo pagar 50 pesos por un pan de muerto para alguien con salario mínimo que para alguien que gana más. Yo pienso que 20 pesos sigue siendo un precio justo, pero más de eso me parece excesivo”, opinó Gerardo Gámez, padre de familia.

“Creo que el pan de muerto, al igual que todo, aumenta de precio anualmente; si todo ha subido, esperamos que esté más caro. Nadie dejará de comer pan de muerto en estas fechas; lo mejor es comprar lo que se pueda sin afectar la economía”, dijo Graciela Valdés, ama de casa.

OdL

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