Aunque el pan de muerto se ha vuelto accesible durante todo el año en el país, su degustación cobra un significado especial al acercarse las celebraciones del Día de Muertos.
Este pan, caracterizado por su sutil aroma a azahar y su sabor y forma distintivos, encarna la melancolía, la unión familiar y la promesa de recordar a quienes nos han dejado.
Mientras que en años anteriores se popularizaron versiones del pan de muerto fusionadas con otras delicias de la panadería mexicana, como la concha, o rellenas de cremas dulces o mermeladas, actualmente el relleno predilecto de los mexicanos parece ser el helado.
Un estudio de la firma investigadora Kantar revela que la gran mayoría de los mexicanos (ocho de cada 10) considera el pan de muerto un elemento esencial de esta festividad, y un 79 por ciento planea adquirir al menos una pieza durante este periodo.
Por su parte, una indagación de Nielsen IQ señala que el consumo de helado en México asciende a 2.4 litros per cápita anualmente, un incremento del 11 por ciento respecto al año anterior. Era previsible que esta combinación terminara por surgir.
“La popularidad del pan de muerto con helado se alinea con una tendencia mundial que busca unir lo tradicional con lo novedoso. Su presentación es idónea para establecimientos de café, panaderías artesanales o marcas que buscan lanzar ediciones limitadas durante esta época.
“Para conseguir la armonía perfecta, es suficiente con templar un poco el pan antes de servirlo y añadir una porción de helado de vainilla o chocolate; quienes buscan experiencias más atrevidas pueden experimentar con sabores inspirados en la temporada”, detalla la firma.
