Tras una interrupción prolongada que afectó servicios esenciales durante seis semanas, los congresistas de Estados Unidos acordaron el domingo una resolución temporal para reanudar las operaciones del gobierno federal.
Los representantes del partido del mandatario Donald Trump y sus oponentes demócratas llegaron a un consenso para proveer fondos al aparato estatal hasta el próximo mes de enero. Esta determinación se produce luego de desacuerdos sobre financiamiento para la salud, subsidios alimentarios y el impacto de despidos en el personal federal, según informes de CNN y Fox News.
La propuesta legislativa superó con agilidad una etapa de votación en el Senado, contando aparentemente con el respaldo demócrata necesario. De obtener la aprobación de la Cámara Baja, el texto sería enviado para su sanción presidencial, un proceso que podría extenderse por varios días.
Este avance infunde optimismo sobre una pronta vuelta a la normalidad, después de que cientos de miles de trabajadores del sector público han estado en licencia o laborando sin remuneración desde el inicio del año fiscal.
“Anticipamos el fin inminente de la paralización” gubernamental, declaró Trump a la prensa al regresar a Washington tras su estancia en su propiedad de Mar-a-Lago en Florida.
Fuentes legislativas señalan que el acuerdo destinaría fondos para el programa de apoyo alimentario de 42 millones de ciudadanos, lo cual equivale a una octava parte de la población, y que se encontraba interrumpido. Asimismo, se prevé la reincorporación de miles de empleados federales despedidos recientemente y la discusión sobre la continuidad de la asistencia sanitaria, que expira al final del presente año.
