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Malestar tardío

IOSEPHUS
7 Lectura mins.

Violencia Sexual en México: Un Problema Sistémico que Atraviesa Todas las Capas Sociales

El reciente incidente que involucró a la Presidenta de México no solo puso de manifiesto la vulnerabilidad de la figura política más prominente del país, sino que también arrojó luz sobre la alarmante normalización de la violencia contra las mujeres en nuestra sociedad.

La Indignación ante el Abuso y la Misoginia Subyacente

El video del suceso es, en sí mismo, motivo de profunda indignación. Sin embargo, la respuesta generalizada, marcada por comentarios cargados de misoginia y machismo por parte de hombres y, lamentablemente, también de mujeres, revela una realidad aún más preocupante.

Normalización de la Violencia: Un Ciclo Perpetuo

La violencia sexual se ha normalizado a tal grado en México que observamos con pasividad cómo las mujeres son agredidas, independientemente de su vestimenta, tipo de cuerpo o el lugar y la hora. Esta normalización perpetúa un ciclo destructivo donde las mujeres son vistas como objetos disponibles para ser juzgados, opinados o, peor aún, utilizados a conveniencia de quien ejerce el poder.

La Cultura Patriarcal y la Victimización Continua

La cultura patriarcal, profundamente arraigada en nuestra sociedad, tiende a minimizar la gravedad de estas agresiones sexuales, restándoles importancia con frases como “solo fue una nalgada”. Lo que es aún más grave, es la tendencia a culpar a la víctima por lo sucedido.

La Presidente, un Reflejo de la Violencia Sistémica

Incluso la Presidenta no fue inmune a esta dinámica. Los comentarios que surgieron tras el incidente, como preguntas sobre la falta de seguridad o críticas a su decisión de caminar, reflejan la facilidad con la que la sociedad tiende a responsabilizar a la víctima en lugar de señalar al agresor.

La Dificultad de Creer y la Necesidad de Justicia

Como se ha señalado en otras ocasiones, para una sociedad con estas características, resulta más sencillo dudar del testimonio de una víctima, o incluso no creerle (a pesar de tener pruebas visuales), que confrontar y sancionar al individuo que comete el delito.

La Respuesta a la Agresión: Más Allá de las Expectativas Sociales

Un aspecto que generó debate fue la reacción de la Presidenta ante el ataque. Es fundamental comprender que las mujeres no reaccionamos de manera uniforme ante una agresión sexual. Las respuestas pueden variar desde la parálisis, el llanto o la confrontación física. No existe un manual de cómo “debería” reaccionar una mujer para que su testimonio sea creíble ante una agresión.

La Carga de la Culpa: Un Peso Injusto para las Víctimas

La victimización es un patrón persistente. Si una mujer es agredida, se le cuestiona por detalles triviales como el tipo de calzado que llevaba, sugiriendo que esto pudo haber influido en su capacidad de huir. Las declaraciones de la Presidenta sobre ir caminando porque la distancia era corta, o no darse cuenta del incidente hasta verlo en video, son ejemplos de cómo se busca justificar la agresión o cuestionar la experiencia de la víctima.

La Alcoholización como Justificación Inaceptable

Es crucial subrayar que el estado de ebriedad del agresor no justifica en absoluto el abuso sexual. Nada puede excusar un acto de violencia sexual; nadie merece experimentar algo así.

Justicia y Privilegio: Una Brecha Persistente

El caso de la Presidenta, dada su posición, tuvo un desenlace diferente al de la mayoría de las mujeres. Tuvo acceso a una declaración inmediata, su testimonio no fue cuestionado y el agresor fue detenido, obteniendo así una justicia rápida. Esta experiencia contrasta drásticamente con la espera de horas, la duda de las autoridades y la lentitud de los procesos que enfrentan miles de mujeres en su búsqueda de justicia. Esto evidencia que la justicia, en lugar de ser un derecho universal, se convierte a menudo en un privilegio político.

Medidas Insuficientes: Paliativos, No Soluciones

Las promesas de aumentar las penas o considerar el abuso sexual como un delito grave, si bien parecen medidas positivas, no abordan la raíz del problema. Acelerar los procesos de denuncia es un paso, pero no erradicará la violencia de raíz. Estas medidas, centradas principalmente en las denuncias y sanciones, dejan en gran medida en manos de las mujeres la carga de acceder a la justicia, sin enfocarse suficientemente en la prevención y erradicación del delito.

La Realidad de las Mujeres “de a pie”: Un Llamamiento Urgente

El hecho de que una figura con el poder y los privilegios de la Presidenta haya sido víctima de agresión es un recordatorio desgarrador de la vulnerabilidad que enfrentan las mujeres comunes día a día.

Sororidad y Responsabilidad Colectiva

Si bien la empatía y la rabia ante la agresión a cualquier mujer son innegociables, es fundamental que las autoridades no utilicen casos mediáticos, por trágicos que sean, como única motivación para actuar. Los delitos de abuso sexual ocurren a diario, a todas horas, y han sido señalados y denunciados persistentemente. Es hora de que se tomen medidas contundentes y permanentes para erradicar esta lacra social.

#NoEsUnCasoAislado #AltoALaViolenciaSexual #JusticiaParaTodas








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