Luis de Alba: Serenidad ante el final y legado de vida
El reconocido comediante mexicano Luis de Alba, a sus 80 años, irradia una notable serenidad al hablar sobre un tema que a muchos inquieta: la muerte. Lejos de manifestar temor, el actor aborda el inevitable paso del tiempo con una filosofía basada en la aceptación, la experiencia y el profundo amor por su familia.
Reflexiones sobre la vida y el tiempo
Para Luis de Alba, cada año que transcurre no es motivo de angustia, sino una oportunidad de aprendizaje. Su perspectiva sobre la cercanía del final es clara: “Cada vez que pasan los años y la cercanía a la muerte, me ha hecho valorar más la vida; está decidido que si ahorita me toca o si me toca mañana, ya no pienso en eso. Yo ahorita pienso en que voy a estar esta noche haciendo lo que más me gusta y no es trabajar, es disfrutar”. Esta declaración revela una profunda conexión con el presente y una apreciación genuina por cada momento.
El deseo de partir con paz
Ante la pregunta sobre cómo le gustaría que se presentara su último momento, Luis de Alba comparte una visión alejada de idealizaciones o despedidas espectaculares. Su anhelo es simple y profundamente humano: “Sí, es un punto, no tanto así, yo quiero morir en mi cama, como Dios quiera, hombre. Ya, cuando llegue será como Dios quiera y yo lo tengo que aceptar, y mis hijas y mi mujer están preparados para eso, y financieramente también estamos preparados”. Esta declaración subraya su deseo de un final tranquilo, rodeado de sus seres queridos, y su previsión para no dejar cargas a su familia.
Previsión y legado familiar
Consciente de las responsabilidades que conlleva el final de una vida, Luis de Alba ha tomado medidas para asegurar la tranquilidad de su familia, tanto emocional como económicamente. Ha confirmado que su testamento está en orden y que sus seres queridos cuentan con los recursos necesarios para afrontar el futuro.
Sin embargo, el actor considera que el mayor legado que puede ofrecer no son los bienes materiales, sino la educación y el ejemplo profesional: “La mejor herencia que les puedo dejar, de hecho, es la que les he dejado: que estudien una carrera. Y afortunadamente todos son licenciados, o una que es chef o la otra hotelera. O sea, todos están listos para luchar y vivir muy bien, así que ya por eso no me preocupo”. Destaca también la fortaleza de su esposa, a quien describe como una mujer incansable y resiliente, reafirmando su confianza en la capacidad de su familia para salir adelante.
Resiliencia y gratitud ante la vida
La trayectoria de Luis de Alba no ha estado exenta de desafíos, incluyendo preocupaciones por su salud en el pasado. Sin embargo, hoy se muestra fortalecido, en paz y con una actitud que combina la resignación ante lo inevitable con un profundo agradecimiento por la vida que ha construido. A pesar de los achaques, el comediante sigue activo, disfrutando cada presentación y la conexión con su público.
Una filosofía de vida: “Como Dios quiera”
Las palabras de Luis de Alba reflejan una profunda sabiduría adquirida a través de años de experiencia. Su lema “Será como Dios quiera” trasciende una simple frase para convertirse en una filosofía de vida que guía su presente y su preparación para el futuro. Aunque su partida aún no se vislumbra, Luis de Alba ha dejado claro que su final será un capítulo escrito con paz, amor familiar y un legado artístico imborrable en la memoria del público mexicano.
