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La pieza teatral “Los Muertos” entrelaza comedia y evocación en su representación.

IOSEPHUS
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Bajo la dirección de Sebastien Lange, la producción teatral “Los Muertos”, a cargo de la compañía Telón de Arena, presentó una representación de un camposanto animado que fusionó arte escénico, instalación y prácticas rituales. Dentro de este ambiente de misterio y envolvimiento, los asistentes exploraron de manera autónoma las sepulturas e interactuaron con los intérpretes, quienes permanecieron inmóviles dentro de sus sepulcros, manifestándose únicamente a través de sus expresiones vocales y visuales.

“Imaginamos la obra como un panteón donde las almas fallecidas dialogan con nosotros, incitándonos a reflexionar sobre la existencia y la sociedad a través de la ironía y la profundidad. Cada difunto posee su propia narrativa, abarcando desde la figura excéntrica del pueblo hasta el joven revolucionario del 68, pasando por combatientes de la Batalla de Juárez, una persona migrante o una joven desaparecida. Todos ellos transmiten aspectos fundamentales de la identidad mexicana”, explicó el creador.

La concepción de la representación se estructuró a través de soliloquios y partes corales que rememoraban diversos acontecimientos de la historia de México, desde sus inicios revolucionarios hasta el presente.

“Existen secuencias corales de gran impacto, como el tributo a las Adelitas, mujeres que jugaron un papel crucial en la Revolución. Constituye un acto de preservación de la memoria y, al mismo tiempo, una exaltación de la pluralidad de voces que componen nuestra sociedad”, compartió Lange.

Las representaciones, llevadas a cabo el viernes en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) y el sábado en Utopía Cuauhtlicalli, ubicado en Iztapalapa, promovieron que el público forjara su vivencia personal: cada espectador determinó su recorrido por el camposanto, la manera de aproximarse a los fallecidos y la forma de asimilar cada relato.

“Generalmente, en nuestro país, fuera del contexto de la conmemoración del Día de Muertos, los cementerios son espacios de quietud, considerada una manifestación de respeto. Si bien el silencio puede ser reverencial, no debe ser impuesto, sino emerger de forma espontánea. En Los Muertos, los asistentes propiciaron su propio recogimiento y sus propias sensaciones. El camposanto se transformó en un punto de convergencia donde se compartieron recuerdos, historia y afectos”, reflexionó.

Respecto a la presencia de humor en la obra, Lange afirmó que hubo pasajes cómicos, incluso de tinte absurdo. A modo de ejemplo, un personaje joven fallece de forma imprevista tras consumir un burrito: “La partida final puede ser, simultáneamente, desoladora y cómica. Buscamos exponer ambas facetas”.

“Colaboré con familias mexicanas y mujeres afectadas por la violencia para la creación de esta obra, lo cual la convierte también en un reconocimiento a la colectividad y a su vínculo con el fin de la vida”, añadió.

Entre los individuos representados en este espacio funerario se encontraban el acaudalado propietario de tierras, el defensor de causas sociales, una dama de alta alcurnia, una persona escéptica ante la fe y una devota practicante.

“Cada figura encarna un fragmento de nuestro pasado y de nuestra coexistencia social. El cementerio es un reflejo de nuestra forma de vivir: a veces marcada por el desorden, a veces por la aflicción, pero también imbuida de regocijo y perseverancia”, afirmó.

El elenco estuvo compuesto por artistas escénicos de Chihuahua, Nuevo León y Ciudad de México, con una notable trayectoria, con quienes Lange colaboró estrechamente para asegurar que cada personaje poseyera una voz distintiva y genuina.

“Se trata de una producción que aspiraba a conmover, a generar reflexión y, asimismo, a entretener”, concluyó el director.

 

DETALLES ADICIONALES

  • La función en Utopía Cuauhtlicalli, en Iztapalapa, tuvo acceso gratuito.
  • “Los Muertos” se ha exhibido en distintas ciudades y foros culturales, incluyendo Ciudad Juárez y Monterrey.
  • Su paso por la Ciudad de México abarcó el Cenart y Utopía Iztapalapa, consolidándose como un referente del teatro inmersivo con una perspectiva social.
  • Sebastien Lange, originario de Francia, reside en México desde hace quince años.

 

MAAZ

 

OdL

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