Con tan solo 12 años, Maryam Musa Fannh De la O no solo interpreta piezas de compositores célebres como Beethoven y Manuel M. Ponce, sino que también se dedica a la composición, la ilustración, la dirección de documentales, imparte clases de piano y ha sido reconocida en certámenes de pintura. Sus actividades se extienden a nuevas actuaciones, incluyendo una presentación en el Museo de la Mujer con el ensamble Isla de Vapor este mes de octubre, y la posibilidad de cerrar el año con una actuación en el emblemático Palacio Postal.
Recientemente, fue invitada a actuar en Houston, participó en una sesión de formación avanzada durante el Festival Blanco y Negro y, en 2023, cautivó a una audiencia de más de 500 personas en la Sala Blas Galindo del Cenart. Su talento ha sido distinguido en competencias organizadas por la UNAM y el Pabellón de la Biodiversidad, y participa activamente en grupos de lectura del Fondo de Cultura Económica (FCE).
“Mi aspiración es que más niñas descubran cómo narrar sus experiencias, no solo con palabras, sino también a través de la expresión artística. Que comprendan que sus historias pueden ser fuente de inspiración para otros”, manifiesta Maryam, cuya convicción se cimienta en la práctica constante, la pasión y la disciplina.
En 2021, Maryam fue admitida en la Escuela Superior de Música (ESM), donde actualmente cursa el tercer año del nivel propedéutico. A pesar de que la institución permite el acceso a partir de los ocho años, son escasos los alumnos que logran mantener el rigor y la exigencia del programa a una edad tan temprana. Ella, para su fortuna, ha logrado destacar.
“El proceso no fue nada fácil. La pandemia presentó desafíos únicos para las pruebas de admisión. Maryam tuvo que demostrar sus aptitudes en piano, solfeo y otras habilidades musicales generales en circunstancias complejas”, comparte Cynthia, su madre.
“El ingreso no es complicado, pero sí demanda un recorrido extenso con múltiples etapas. Es necesario probar un nivel de destreza específico en cada fase; la clave reside en una preparación exhaustiva”, detalla la joven pianista, quien inició sus estudios musicales a los seis años.
“Disfruto de tocar el piano, pero también encuentro una resonancia especial en el violonchelo, cuyo sonido profundo parece dialogar. Estudié el violín por un tiempo, pero el chelo me cautivó por completo”, explica.
Aunque no cuenta con una designación oficial, varios de sus mentores y pianistas de renombre la consideran una niña con altas capacidades, dada su destreza en el piano y su oído absoluto —una habilidad que le permite identificar o reproducir notas musicales sin referencia externa—. Esta cualidad la posiciona por encima del promedio para estudiantes de su edad.
“El oído absoluto es una gran ventaja. A veces lo estudio con material didáctico, otras veces es una percepción innata. Me encanta cuando la música me habla y siento que puedo responderle”, confiesa Maryam.
Asimismo, ha sido invitada a perfeccionar su arte en clases magistrales con destacados pianistas como Leticia Gómez Targa, Bárbara Ibarra Herrera (directora de Bellas Artes), Silvia Navarrete, Esteban León y Rachid Bernal, con quien Maryam collaborated during a year.
“Ellos son figuras reconocidas en el ámbito pianístico que confirman su excepcional talento y estiman que su dominio técnico se equipara al de un intérprete de 15 o 16 años”, señala su madre.
Uno de los proyectos audiovisuales más significativos de Maryam es “Las Superpoderosas”, un documental que ella misma concibió, dirigió, compuso la música y presentó en diversos foros culturales.
Para Maryam, el arte cumple una función primordial: dar visibilidad a diversas perspectivas, especialmente a las de jóvenes como ella que anhelan expresar sus vivencias, fantasías y emociones.
“A veces, por el simple hecho de ser niñas, nuestras voces no son tomadas en serio. Mi intención es demostrar que poseemos ideas, sentimientos y talento. Si una niña observa nuestro trabajo y piensa: ‘yo también puedo hacerlo’, habremos alcanzado un logro importante”, afirma.
“Me llena de alegría cuando otras niñas se acercan tras una presentación y me dicen que también desean tocar un instrumento, crear una película o dibujar. Es gratificante saber que encuentran inspiración, porque entonces el mérito no es solo mío, sino de ellas”, añade.
Actualmente, Maryam cursa sus estudios en línea, lo que le permite administrar su tiempo para las prácticas musicales, sus talleres y las presentaciones artísticas.
“Mi rutina diaria comienza al levantarme, seguido de ejercicio, desayuno y arreglo de mi habitación. Luego me dedico al estudio. Por la tarde tengo clases y, cuando es posible, nos dirigimos al Cenart para comer. Los fines de semana están dedicados a talleres o ensayos”, relata.
Su perspectiva a futuro no se enfoca en la fama, sino en la transformación social: “Deseo fundar una academia de música accesible para niños y jóvenes, donde las lecciones no sean prohibitivamente caras. Existen muchos con el deseo de aprender pero con acceso limitado. Mi objetivo es contribuir a cambiar esta realidad.”
“Hay incontables niñas con historias extraordinarias, pero a veces carecen de un espacio para compartirlas. Mi propósito es facilitar esa transformación, aunque sea gradualmente, con las habilidades que poseo… La música me ha inculcado valores fundamentales como el respeto, la empatía, la colaboración y la paciencia. Además, me ha enseñado a escuchar tanto a los demás como a mí misma”, concluye.
DETALLES ADICIONALES
- Domina el inglés, francés y ruso.
- Actualmente, perfecciona el violonchelo bajo la tutela de Iván Koulikov, violonchelista de la Orquesta Sinfónica Nacional.
- Ha asistido a clases magistrales impartidas por pianistas de renombre, entre ellos Haiou Zhang.
- Ha sido galardonada en diversos concursos nacionales e internacionales celebrados en París, Italia, Macedonia del Norte, Houston, Malta y Europa, entre 2023 y 2025, incluyendo el primer lugar en el Malta International Piano Competition (2025).
- Su historial documentado incluye su participación en al menos 23 conciertos o presentaciones musicales.
- Desde 2024, coordina un club de lectura respaldado por el FCE.
- Entre sus obras literarias favoritas se encuentran cuentos ilustrados de Oliver Jeffers, Anthony Browne, Dora Moon y Vivian Mansour, autores que fusionan magistralmente la imagen y el texto.
MAAZ
