El realizador cinematográfico Scott Cooper, un devoto admirador de la obra de Bruce Springsteen, se encontró en la inesperada posición de narrar la vida del icónico artista musical estadounidense. Su visión no apuntaba a una biografía convencional, sino a una inmersión profunda en uno de los momentos más significativos de la carrera del intérprete: el proceso creativo detrás de su aclamado álbum “Nebraska”, plasmado en el largometraje “Springsteen: Deliver Me from Nowhere”.
“La producción cinematográfica se centra en la trayectoria de un joven talento musical en vísperas de alcanzar fama mundial, lidiando con las exigencias del estrellato mientras se enfrenta a las sombras de su pasado. El período en que gestó ‘Nebraska’ representa un punto de inflexión en la trayectoria de Bruce, siendo reconocido como uno de sus trabajos más íntimos y duraderos. Por ello, desde el inicio, concebí esta narrativa con un enfoque más personal y reflexivo”, compartió.
Cooper busca honrar esta fase, destacando la introspección, la exploración y la autenticidad emocional del músico. Este disco ocupaba un lugar especial en su vida, ya que su aprecio por esta música se lo transmitió su padre.
“Descubrí este álbum a través de mi padre durante mi adolescencia. Lamentablemente, mi padre falleció justo antes de iniciar la filmación, y he dedicado esta obra a su memoria. Esto hizo que la película se convirtiera en un proyecto de gran carga personal para mí. Considero ‘Nebraska’ uno de los trabajos más conmovedores y penetrantes de todos los tiempos. Sentí la imperiosa necesidad de contar esta historia”, manifestó.
Al ser consultado sobre cómo surgió su participación en el proyecto, Cooper recordó haber recibido un correo preguntándole si era seguidor del álbum. Su respuesta, un enfático “¿Quién no lo es?”, lo condujo a descubrir la obra de Warren Zanes, titulada “Deliver Me From Nowhere”. Este libro profundizaba en las batallas internas y los traumas infantiles de Bruce, lo que Cooper percibió como una narrativa de soledad y creatividad “tremendamente visual y esencial para adaptar”.
Tras la lectura, Cooper se embarcó en la escritura del guion, contando con la colaboración del propio artista y de su inseparable amigo y representante, Jon Landau, quien también aparece retratado en el filme. Ambos estuvieron involucrados activamente en todas las etapas, aportando sus puntos de vista tanto en el desarrollo del argumento como en la selección del elenco. Landau incluso señaló que era la “primera vez en medio siglo que Bruce cede el control a otra persona”.
Teniendo esto en cuenta, Cooper reafirmó que la película retrata a “un joven artista a punto de alcanzar el estrellato global, batallando para armonizar las presiones del éxito con los ecos de su infancia”.
La elección de Jeremy Allen White para encarnar a Bruce se basó en su notable parecido con el músico en aquel período (1981-82), tanto en su etapa profesional como en sus facciones físicas. Incluso la esposa de Springsteen comentó su asombrosa semejanza. Sin embargo, la meta principal no era la imitación, sino la captura de la esencia del artista, su agitación psíquica y anímica.
Para dar vida a Landau, Cooper eligió a su cercano amigo Jeremy Strong, a quien considera poseedor de la calidez y empatía necesarias para el rol, dado que la trama narra una amistad de 50 años donde Jon ha desempeñado roles de “manager, confidente, terapeuta, mejor amigo y figura paterna”.
“A menudo vemos a Jeremy Strong interpretando figuras como ‘Kendall Roy’ o ‘Roy Cohn’, que proyectan una cierta frialdad emocional. En esta ocasión, Jeremy manifiesta de manera excepcional la perspicacia de Jon, su lealtad inquebrantable, su inteligencia emocional y se erige como el pilar emocional de la película a través de la compleja dinámica entre ambos personajes”, comentó.
DETALLES DE LA PRODUCCIÓN
El rodaje tuvo lugar en escenarios emblemáticos como The Stone Pony en Asbury Park y el paseo marítimo de Nueva Jersey.
Se estableció una relación sólida con el músico, hasta el punto de que él brindó apoyo a su familia durante los incendios en California.
Strong ya había colaborado previamente con el director en la película “Pacto Criminal”.
La duración del largometraje es de 119 minutos.

