https://aeternaarcanum.com/adb/feed/rdf/ https://aeternaarcanum.com/adb/feed/rss/ https://aeternaarcanum.com/adb/feed/ https://aeternaarcanum.com/adb/feed/atom/ https://aeternaarcanum.com/adb/comments/feed/

El misterio de las lágrimas de sangre de Vlad Tepes revelado en su correspondencia.

IOSEPHUS
4 Lectura mins.

Entre las figuras legendarias del terror que han cautivado a múltiples generaciones, Drácula se destaca por su aura enigmática. La historia del chupasangre, que reside en un castillo en una región remota de Europa y que se sustenta de sangre humana, nos fue legada por el escritor irlandés Bram Stocker, quien en 1897 dio a conocer su obra maestra de horror, Drácula.

Bram Stocker se basó en una figura histórica para dar vida a su icónico vampiro: Vlad Tepes, también conocido como Vlad Drácula, quien ostentó el título de príncipe de Valaquia, una zona que hoy forma parte de Hungría. Aproximadamente treinta años antes de que Cristóbal Colón emprendiera su viaje a América, Tepes ya era reconocido como uno de los líderes más temidos de su tiempo, en parte, por su brutal método de ejecución de enemigos. Sin embargo, junto con su infamia, también se llevó consigo enigmas a la tumba, uno de los cuales guardaba una peculiar relación con la sangre.

En un archivo del ayuntamiento de Sibiu, en Rumania, se conservan tres misivas escritas, firmadas y enviadas por Vlad Tepes a las autoridades de dicha ciudad, una con fecha de 1457 y dos de 1475. La prestigiosa revista científica Nature informa que un equipo de investigadores de la Universidad de Catania, en Italia, y de los Archivos Nacionales de Rumania, detectó en estos documentos vestigios biológicos que sugieren que Vlad pudo haber sufrido una afección que provocaba que sus lágrimas tuvieran tinte de sangre, algo que concuerda con relatos históricos.

Hallan vestigios orgánicos de Vlad en sus correspondencias

La publicación de Nature detalla que los científicos aplicaron una lámina de un polímero especializado sobre las cartas para recolectar fragmentos de proteínas conocidas como péptidos que se depositaron durante la escritura. Posteriormente, las muestras fueron analizadas mediante espectrometría de masas de alta precisión.

El examen permitió a los expertos identificar dieciséis proteínas humanas; algunas de ellas estaban vinculadas a la piel, mientras que otras se relacionaban con dolencias respiratorias y oculares. Asimismo, se observaron proteínas presentes en la sangre, incluida una que participa en la producción de lágrimas.

“Este último descubrimiento, en parte, llevó a la conclusión de que Drácula podría haber derramado lágrimas de sangre, lo cual se alinea con ciertos testimonios históricos. Además, encontraron indicios de que esta condición pudo haberse manifestado con el tiempo, ya que los péptidos asociados a la retina y las lágrimas solo aparecieron en las cartas de fechas más recientes”.

Un vínculo entre la leyenda y la realidad

Independientemente de la figura mítica en la que Vlad Tepes sirvió de inspiración para la creación del vampiro Drácula, sus escritos no solo funcionan como un puente entre nuestro presente y su época, sino que también conectan la fantasía con la veracidad, unidos por un elemento común: la sangre.

OdL

Comparte este artículo
No hay comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *