La 63ª Reunión Anual del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) concluyó en Bangkok, Tailandia, tras una semana de determinaciones significativas, extensos diálogos y la definición de un plan de acción que orientará las actividades del ente rector y el boxeo profesional hasta 2026.
Este evento congregó a organizadores de peleas, profesionales médicos, árbitros, jueces, campeones mundiales y directivos, quienes durante cuatro jornadas evaluaron la situación actual del deporte y establecieron directrices específicas para su avance.
La resolución sobre Terence Crawford generó el mayor revuelo, ya que el CMB le retiró el estatus de campeón en peso wélter al no cumplir con dos defensas obligatorias y por su falta de comunicación con la entidad.
Esta decisión, adoptada durante la sesión de clasificaciones, provocó un debate sobre las responsabilidades administrativas de los campeones y dejó vacante uno de los títulos más codiciados del boxeo contemporáneo. A pesar de las diversas reacciones suscitadas, tanto internas como externas, la Junta Directiva mantuvo una postura inquebrantable: el cumplimiento estricto de las normativas es innegociable.
Más allá de la controversia, la convención abordó en profundidad las problemáticas que impactan directamente a los púgiles.
En el ámbito médico, se revisaron los procedimientos relativos a las drásticas reducciones de peso, destacando la necesidad de intensificar los controles y la supervisión previa a los combates. Asimismo, se analizó la problemática del dopaje por contaminación de suplementos, un fenómeno cada vez más común que demanda una colaboración estrecha entre laboratorios, equipos y organismos para evitar sanciones injustificadas.
Otro tema de gran relevancia fue la salud mental. El CMB subrayó la urgencia de implementar recursos de apoyo psicológico para boxeadores en activo y retirados, así como de reforzar la educación financiera para mitigar los problemas económicos que a menudo enfrentan tras su carrera deportiva. Las discusiones incluyeron la propuesta de programas de seguimiento, iniciativas educativas y mecanismos de asistencia destinados a mejorar el bienestar de los deportistas, tanto a corto como a largo plazo.
Paralelamente a estos debates, se impartieron talleres para jueces y réferis con el propósito de armonizar criterios y perfeccionar la toma de decisiones en combates reñidos. El objetivo del consejo es disminuir la controversia y aumentar la transparencia en la puntuación de las peleas, aspectos que frecuentemente generan críticas por parte de los aficionados y que exigen una profesionalización constante.
Para Mauricio Sulaimán, líder de la organización, estas jornadas trascendieron las meras reuniones administrativas; representaron la continuación del legado iniciado por su padre hace medio siglo al frente del CMB. Según sus declaraciones, la convención reafirmó el compromiso de priorizar al boxeador en cada determinación, con la seguridad, la equidad y el progreso como principios fundamentales.
La 63ª edición culminó, por tanto, con una hoja de ruta clara para 2026: un deporte de puños más regulado, más humano y mejor preparado para afrontar los desafíos presentes y futuros.
