El 11 de octubre, el Centro Histórico de la Ciudad de México será el escenario del festival Synapsia 2025, una iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) diseñada para fomentar la difusión cultural y el acceso al saber. Con más de 500 actividades gratuitas, este evento busca difuminar las fronteras entre la investigación, la expresión artística y la vida diaria, creando un espacio inclusivo para personas de cualquier edad y formación.
“Si no llevamos el conocimiento a la calle, no estamos haciendo nuestra chamba como universidad”, enfatiza Manuel Suárez Lastra, líder de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM y promotor principal del proyecto. Él considera que el desafío de Synapsia trasciende lo organizativo para adentrarse en lo cultural.
“Siempre hablamos de interdisciplina, pero rara vez la practicamos. Esta es una oportunidad para romper esas inercias y demostrar que saberes aparentemente lejanos pueden dialogar entre sí y convertir la calle en un laboratorio vivo, donde la filosofía, la química, la antropología o la música se entrelacen para hablar, por ejemplo, de algo tan cotidiano como la ropa o tan complejo como la inteligencia artificial”, añade.
El director cuestiona: “¿Qué límites tiene el conocimiento si no se comparte con quienes están fuera de la academia? Ahí es donde empieza a perder su fuerza transformadora. Muchos jóvenes estudian lo que les dicen en casa, pero ¿cómo van a saber qué les apasiona si nunca lo han visto o vivido? A lo mejor su camino está en la física nuclear, en la danza, o en ambas cosas a la vez”.
El geógrafo resalta la importancia del saber como un motor para el empoderamiento ciudadano: “Cuando entendemos cómo funciona la ciencia, también podemos exigir mejores decisiones públicas. Eso fortalece a la sociedad en su conjunto”.
Recuerda que, como institución pública, la UNAM tiene un deber de rendición de cuentas: “No sólo formamos estudiantes, también generamos conocimiento que debe tener un impacto real en la vida cotidiana de las personas. Y eso es lo que queremos mostrar con Synapsia”.
Según Suárez Lastra, el festival representa una evolución lógica de la Fiesta de las Ciencias y las Humanidades, pero con una conexión territorial más profunda, integrando tecnología, humanidades y ciencias exactas en un diálogo continuo y dinámico.
La sede principal será el Barrio Universitario, un área histórica que incluye el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Museo de las Constituciones y varias escuelas preparatorias de la UNAM. Esta elección no solo aporta un marco histórico y arquitectónico singular, sino que también tiene como objetivo revitalizar zonas del Centro Histórico que han experimentado una disminución en su actividad cultural.
La oferta de Synapsia combina de manera ambiciosa la divulgación científica, experiencias artísticas y formatos innovadores.
Entre las actividades destacadas se encuentra “El Fósforo”, que marca la reapertura del cine de la Filmoteca UNAM, presentando ciclos de cine científico y cultural que exploran la función del séptimo arte en la difusión del conocimiento.
Con un enfoque más desenfadado, “Error 404: motivación no encontrada” ofrece un espectáculo de stand-up académico con investigadores del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. Esta propuesta utiliza el humor para abordar las complejidades de la vida universitaria y acercar la ciencia a públicos jóvenes y variados.
La mesa de debate “Física cuántica y pseudociencia”, celebrada en el contexto del centenario de la mecánica cuántica, reunirá a expertos del Instituto de Física y la Facultad de Ciencias para contrastar el rigor científico con creencias populares, fomentando el pensamiento crítico ante la desinformación.
La intersección entre arte y ciencia es otro pilar del festival, con propuestas como “Mexiflora: el sonido de la naturaleza”, promovida por la Facultad de Música, que convierte las señales eléctricas de plantas mexicanas en creaciones sonoras en tiempo real. Esta experiencia multisensorial une botánica, arte y tecnología.
Desde las ciencias biológicas, “El bicho más premiado”, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, resalta la importancia científica de la mosca de la fruta, un modelo clave en investigaciones galardonadas con Premios Nobel. La actividad subraya la contribución de la ciencia básica al avance de la medicina y la biología.
“El Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) participa con dos propuestas. Perfumes, venenos y pócimas, del CCH Oriente, ofrece una experiencia sensorial que revela la química de los aromas, mientras que De pócimas y aquelarres, del CCH Naucalpan, reflexiona sobre la evolución simbólica y cultural de la figura de la bruja”, cuenta.
En el ámbito de las humanidades, el Museo de las Constituciones albergará la charla “Te vas a morir de hambre. Estudiar antropología”, en la que estudiantes y egresados desmitifican las ciencias sociales, destacando su relevancia para la comprensión del presente.
Además de las numerosas entidades de la UNAM, Synapsia contará con la colaboración del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Tecnológica de México y organizaciones culturales independientes. Estas colaboraciones aportarán propuestas en áreas como robótica, realidad aumentada y experimentación sonora.
Para Suárez Lastra, Synapsia no es un evento aislado, sino parte de una estrategia más amplia para revalorizar el espacio público a través del conocimiento: “Queremos devolverle la vida a lugares como el patio chico de San Ildefonso o El Fósforo, donde converjan saberes, creatividad, risas y comunidad”.
Y concluye: “Tecnología, ciencia y arte están conectados. La interdisciplina hay que vivirla, no sólo estudiarla. Cuando entendemos cómo funciona la ciencia, podemos exigir mejores decisiones públicas, y eso es vital en una sociedad informada y participativa… Synapsia 2025 es, en suma, una invitación a descubrir, cuestionar y disfrutar el conocimiento en todas sus formas”.
