La época festiva de fin de año es un momento muy esperado para muchas personas, ya que evoca un profundo sentimiento de conexión tanto con la familia como con los amigos. Este año, parece que el entusiasmo por estas celebraciones ha comenzado incluso antes de lo habitual, con un número creciente de individuos adelantando sus preparativos para embellecer sus hogares mucho antes de la llegada de diciembre. Esta tendencia, que se ha observado desde noviembre, podría tener efectos positivos en el bienestar.
Prácticamente al terminar las festividades de Halloween y el Día de Muertos, los adornos de fin de año comenzaron a aparecer en los escaparates, generando una ola de alegría y expectativa por la inminente llegada de las fiestas. Esto impulsó a muchos a iniciar sus compras y a decorar sus espacios, incluso con semanas de antelación respecto a diciembre. Estos sentimientos han despertado la curiosidad de varios especialistas.
¿Cómo influye la temporada de fiestas en el bienestar de las personas?
Según un estudio publicado en el Journal of Environmental Psychology y difundido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes instalan ornamentos festivos con antelación tienden a ser percibidos como individuos más afables y comprensivos. Además, suelen experimentar mayores niveles de felicidad y buscan reconectar con memorias de su infancia.

Las personas que embellecen sus hogares con adelanto, según Manuel Alfonso González Oscoy, catedrático de la Facultad de Psicología de la UNAM, están “pavimentando un camino hacia la dicha”. Él añade que esta práctica es una manera de traer a la memoria recuerdos de épocas pasadas y tradiciones familiares.
González Oscoy subraya que las decoraciones de temporada trascienden su función meramente ornamental, pudiendo convertirse en un potente “instrumento para fortalecer los vínculos sociales durante las festividades, propiciando escenarios de camaradería, regocijo compartido y apoyo mutuo”. Adicionalmente, quienes participan en esta actividad pueden proyectar una imagen de mayor cercanía.
¿Qué impacto tiene la temporada de fiestas en los niños y los adultos mayores?
González Oscoy detalló que las festividades de fin de año poseen una resonancia distinta para las personas de la tercera edad y para los más jóvenes. En el caso de los mayores, podría estar vinculado a la forma en que se pueden “reforzar los nexos familiares, que en ocasiones podrían sentir que se han debilitado”, generando una profunda expectación por esta etapa del año.

Por su parte, la idea de engalanar los hogares en Navidad genera una gran ilusión en los niños, dado que esta época está intrínsecamente ligada a la recepción de obsequios y a la visita de figuras icónicas como Santa Claus y los Reyes Magos.
En resumen, la ornamentación para las fiestas decembrinas ofrece beneficios para la salud mental, al mejorar el ánimo mediante la cohesión familiar y social. Asimismo, fomenta un sentimiento de gratitud y optimismo, a la vez que disminuye la tensión y potencia la concentración en quienes participan activamente.

