El Gobierno de México ha implementado una nueva política de tarifas de importación para el azúcar, estableciendo impuestos que pueden llegar al 210.14 por ciento. Esta medida busca proteger la industria azucarera nacional, que actualmente se encuentra en una situación de excedente de oferta, poniendo en riesgo su viabilidad económica y toda la cadena productiva.
Según el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 10 de octubre, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha modificado las tarifas arancelarias establecidas en la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación. En lugar de una cuota por kilogramo, se aplicarán ahora aranceles que oscilan entre el 156% y el 210.44%, dependiendo del tipo específico de azúcar importado.
El objetivo de esta actualización arancelaria es salvaguardar los empleos, potenciar la producción y el mercado doméstico, además de garantizar la estabilidad de las numerosas familias que dependen de este sector productivo.
Este nuevo impuesto se hará efectivo a partir del próximo martes y tendrá un impacto significativo en los productores pertenecientes a la Organización Mundial de Azúcar. Con esta medida, se busca restablecer el equilibrio en el sector y brindar un impulso a la industria azucarera mexicana.
“El arancel de importación actualmente vigente para el azúcar, bajo el trato de nación más favorecida, no proporciona la protección adecuada a la agroindustria nacional, debido a la disminución de los precios internacionales de este producto. Por ello, se considera necesario modificar los aranceles específicos aplicables, que actualmente son de 0.36, 0.338 y 0.39586 dólares por kilogramo (Dls EUA por Kg), a un rango del 156% y 210.44% ad-valorem, en función de las fracciones arancelarias correspondientes en la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación“, se detalla en el DOF.


