Las autoridades argentinas han iniciado una investigación en torno al trágico fallecimiento de Karla Robles, una joven de 26 años cuya vida terminó de forma abrupta durante una transmisión en directo en TikTok. Según los informes oficiales, el suceso ocurrió en las primeras horas del 24 de octubre. A pesar de que la joven puso fin a su vida de manera voluntaria, su familia ha señalado que fue víctima de maltrato por parte de su exnovio, Diego Zerda, quien se encuentra actualmente detenido y bajo escrutinio por supuestamente haber incitado a la joven a cometer el acto.
La madre de Karla, Mirta Giménez, rompió el silencio y compartió públicamente el calvario que su hija atravesó durante los últimos años, caracterizado por el temor, la manipulación y la pérdida de un embarazo.
Las indagaciones y los análisis forenses sugieren que Karla fue encontrada sin vida en su domicilio, y su deceso fue registrado en un video de 73 segundos transmitido en vivo por TikTok. En el momento de la transmisión, aproximadamente 96 personas observaron la escena, entre ellas Diego Zerda, expareja de la joven y ahora principal sospechoso en el caso.
La fiscalía argumenta que Zerda presuntamente alentó el fatal desenlace a través de un prolongado historial de agresiones y coacciones. Desde 2022, según consta en el expediente, la joven había reportado incidentes recurrentes de abuso y chantaje emocional por parte de su excompañero sentimental.
La relación de Karla con Diego estuvo marcada por la violencia, y él está detenido por su muerte
Durante la audiencia judicial, el fiscal auxiliar Lucas Maggio expuso las evidencias recopiladas, incluyendo el video de la transmisión en directo, grabaciones de audio con amenazas enviadas por Zerda al hermano de Karla, y capturas de conversaciones que evidencian una dinámica de dependencia y hostigamiento. Los exámenes forenses confirmaron que la joven murió por asfixia mecánica, mientras que testimonios de amigos cercanos revelaron que ella recibía atención psicológica y temía a su agresor. El Ministerio Público ha clasificado el incidente dentro de un contexto de violencia de género persistente a lo largo del tiempo.
En este sentido, Mirta Giménez, madre de la joven, se pronunció públicamente reclamando justicia. “Él estaba viendo la transmisión en directo cuando mi hija murió. Deseo que enfrente las consecuencias de sus actos”, declaró visiblemente afectada. El padre de Karla también expresó su preocupación, advirtiendo que “si lo dejan libre, habrá otra Karla”. La familia insiste en que Zerda ejercía manipulación emocional y la mantenía aislada.
Karla había sufrido la pérdida de un embarazo recientemente
En declaraciones a los medios locales, Mirta detalló los abusos que su hija tuvo que soportar durante años. “Mi hija perdió un embarazo a causa de los golpes que le infligió este individuo. Ella deseaba tener a ese bebé”, relató. Según su testimonio, Karla mantuvo oculta gran parte de la violencia sufrida por temor y vergüenza. En 2021, había intentado quitarse la vida por primera vez, pero su hermano logró intervenir. “Esta vez, él también intentó auxiliarla, pero ya era demasiado tarde”, lamentó.
La madre describió una relación de control absoluto y humillación constante: “le impedía salir, vestirse como deseaba o usar tacones. La celaba con cualquier persona, incluso con su propio hermano. La insultaba, la empujaba, la escupía. La mantenía subyugada”. A pesar de que en 2022 la familia presentó una denuncia por violencia de género, Mirta afirma que las autoridades no actuaron con la celeridad ni el seguimiento necesarios para el caso.
“Traté de hacerle ver la realidad, pero ella terminaba discutiendo conmigo. Él la convencía de que todo era su responsabilidad. La manipuló hasta el final”, añadió. Para Mirta, la muerte de su hija debe servir como un llamado de atención y un reflejo de una problemática que afecta a innumerables mujeres en el país. “Espero que la historia de Karla no caiga en el olvido. Que ninguna otra madre experimente este dolor”.
Aspectos clave de la investigación contra Zerda
El representante legal de la familia, Augusto Avellaneda, confirmó que esta semana se llevó a cabo el análisis del teléfono móvil de Karla, una pieza considerada fundamental en la investigación. Los expertos realizaron una extracción digital completa para examinar mensajes, llamadas y conversaciones que pudieran evidenciar el acoso psicológico y las amenazas de las que era víctima. “Confiamos en que el contenido revele el infierno que vivía Karla y aporte pruebas sólidas para respaldar la imputación”, declaró.
Actualmente, Diego Zerda se encuentra detenido bajo cargos de instigación al suicidio y amenazas, delitos que podrían acarrear una pena de entre seis y quince años de prisión, dependiendo de la acumulación de antecedentes. La defensa solicitó que el acusado cumpliera prisión preventiva en un centro psiquiátrico, pero la fiscalía ha insistido en su traslado a la cárcel de Villa Urquiza.
